UN ARCA EN UN DILUVIO DE RUIDO
Isaac Baladrón, sobre textos de Juan Mayorga
Fundación Antonio Pérez, Cuenca
Una vez transcurrido algo de tiempo, por ser fiel al autor, puedo hablar de la obra...
Resulta impactante, hasta hacer llorar, cada una de las escenas que representan actores y coro, por la situación desde la que se narra la historia, por la propia historia y por el lugar físico en el que transcurren. Un museo como la FAP tiene tantos y versátiles espacios que cada uno de los escogidos era perfecto para ser una vez un doloroso vestuario de fútbol de primera división, una segunda vez una cafetería de chantaje xenófobo, otra vez la intrigante azotea de un edificio de vecinas y por último una sala de guerreros conciertos de música clásica.
Como la ilustración del programa es, troceado, El sueño de la razón produce monstruos, de Los caprichos de Goya, entiendo que hay alguna conexión entre la razón, los monstruos y la obra, de hecho creo que he encontrado algo como la indignación, porque en cada una de las piezas una persona utiliza a otra robándole su dignidad para sacar algún beneficio personal, cruel e injusto, pero sobre todo indignante, como la propia guerra cuyo fin se quiere conjurar con una canción.
Hace siglos nos auto concedimos el valor de ser seres dignos, hasta el punto de que la dignidad es una de las características humanas que esgrimimos en cualquier reivindicación y nadie puede contraargumentar. Sin embargo es terriblemente violada a diario y eso que solo un ser humano puede hacerlo.
La representación de ayer iba de seres humanos que se violan la dignidad, que se utilizan cual objetos miserables para extraer beneficios espurios, lo hace un manager, un vecino, las relaciones arriesgadas y las armas asesinas.
La experiencia de asistir a teatro en un museo ha sido extraordinaria. Poco público ante las actrices y actores totalmente cercanos, a la misma altura, a poca distancia, entre obras de arte como cuadros, esculturas u objetos encontrados, para compartir las situaciones, con toda la tensión, en cada dramaturgia, con toda la gravedad de lo que estaba sucediendo ahí mismo, supone una atmósfera ideal que consigue la conexión total, in crescendo, hasta las voces finales del coro de cámara Vokalis Femina en la iglesia.
Creo que la selección de textos es muy oportuna y, que tratándose de J. Mayorga, habrá sido difícil decantarse por unos y no por otros, todos llenos de sugerencias y claridades que interpelan directamente, sin disimulos, sobre cómo nos tratamos los humanos y cómo podríamos hacerlo mucho mejor.
El teatro, con su ingrediente de denuncia y de placer, consigue que recuperemos algo de esa dignidad que tan bien le sienta a la humanidad y que nunca debería perderse bajo ninguna circunstancia.
Ojalá podamos volver a tener teatro en la FAP, gracias por la iniciativa y el resultado.
Precioso.Muchas gracias por tus palabras.Es bonito y de agradecer que valoren como lo haces el trabajo que hemos realizado.
ResponderEliminarClaro, muchas gracias a vosotros/as por la práctica de este tipo de teatro y por realizarlo en la FAP, un lugar perfecto para el arte, todo tipo de arte...
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