LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS

 LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS

Oriol Paulo, 2022

Efecto conseguido: el engaño dentro del engaño, el cazador cazado, nada es lo que parece, juego de tiempos y espacios yuxtapuestos...con interpretaciones de lujo. Escenografía, luces, vestuario, música y planos perfectamente sintonizados para componer la obra. De verdad que el conjunto es muy bueno.

La salud mental está por todas partes, hasta como motivo de huelga estudiantil (hoy), así que este tipo de películas resulta de lo más actual, aunque la novela en la que se basa sea de finales de los años setenta. Como no la leí en su día, ni después, no puedo hacer valoración sobre lo fiel o distorsionado que ha quedado el trabajo respecto al texto. Pero el tratamiento de enfermedades mentales, los hospitales psiquiátricos, el estigma de las personas enfermas y sus familiares, han evolucionado a la luz de constantes investigaciones y nuevos conocimientos, siempre insuficientes.

Un aspecto importante de esta temática es que podemos ver aspectos de la sociedad en la que trascurre la acción, las influencias poderosas de costumbres, religiones, estereotipos profesionales o leyes franquistas que determinan la credibilidad o no de los hechos. La fuerza, la violencia, el machismo, la superioridad moral de médicos y apellidos, la depravación y desahucio relacionada con la indigencia, la monstruosidad asumida sin remedio y la precaria atención a buena parte de la población. En un hospital de estas dimensiones y usuarios se puede ver todo el interior de un país, por mucho maquillaje que exhiba por fuera, con olor a putrefacto.

Y otro aspecto clave es la manera en que se presenta el caso, la trama principal. La cantidad de preguntas que suscita sobre la personalidad humana, la responsabilidad de nuestros actos, el papel que juegan la seguridad en la vida social, el rigor científico y profesional a la hora de diagnosticar y tratar, los prejuicios legales pesando como losas y los condicionamientos de las apariencias indicando culpables. Claros culpables.

Al final, te das cuenta de que te sientes manipulada, olvidando que estás en una sala de cine, que podrías estarlo de verdad en muchos y diferentes contextos de la vida diaria. Tomas conciencia de la importancia de la confianza para la vida, de la sinceridad para las relaciones y de la verdad como garantía de normalidad, aunque esta sea un invento compartido que caduca inevitablemente para ser repuesto una y otra vez.