S.L. SUS LABORES
Raúl Tirado Quintanar
Auditorio de Mota del Cuervo, Cuenca
Esta obra está de gira, no dejéis de entrar a un teatro donde esté porque la hora y media que pasarás dentro será un conjunto de emociones personales desde la infancia hasta hoy mismo, desde el principio hasta el final, la vida de la protagonista es la de las mujeres que aparecen en tus recuerdos constantemente, incluso las de las mujeres que no tuviste la oportunidad de conocer pero que otras, que sí lo hicieron, te han contado una y otra vez hasta que en nuestra memoria conseguimos escucharlas y verlas en la cocina, junto a la ventana, cosiendo y cogiendo un libro por la noche.
Raúl tirado ha elaborado un texto complejo sobre la vida de la mujer española durante los últimos ochenta años, teniendo como referencia a las mujeres que más conoce y ha conocido, perfectamente reconocibles en las expresiones orales, los gestos, las ropas, los objetos, los espacios, a poco que hayas vivido en Mota del Cuervo, un lugar de La Mancha, en realidad un lugar del mundo.
No ha debido ser fácil recopilar, ordenadamente, situaciones vividas y alejarse lo suficiente de ellas como para escribirlas e interpretarlas sin deslizar demasiado un juicio, una valoración íntima, aunque haberlas hay las, como las meigas galegas, es imposible e innecesario que la distancia entre la inspiración y a obra sea objetiva, pero Raúl ha sabido dar el matiz justo para que entendamos, sin reproche alguno, el machismo asfixiante de nuestra sociedad. Supongo que ha querido homenajear un estilo de vida y ha tenido que denunciarlo, no había más remedio. Personalmente es algo que le agradezco, me parece que reconocer las vidas de las mujeres rurales en los últimos ochenta años en España tiene que suponer una crítica, una denuncia.
Raúl ha planteado el escenario como el hogar de una mujer, ambos, hogar y mujer, en transformación hasta disolverse. Los pocos elementos que habitan con ella la definen perfectamente, algunos visibles, siendo los límites de su mundo como la ropa tendida o la radio, otros invisibles y también limitantes como las vecinas o el marido.
Consigue que evoquemos nuestro origen, que al recordar reconozcamos nuestra propia vida y la de nuestras madres y abuelas, incluso puede que las nuestras también. Por esto lloramos, reímos, acabamos las frases que empieza y entendemos los gestos que hace como si estuviéramos delante de un espejo.
Gran trabajo, respetuoso, verdadero y gran homenaje a tantas y tantas mujeres a las que teniéndolo todo en contra leyeron, a su manera, dejándonos todo a las hijas e hijos, animándonos a hacer una carrereja y poder ser nosotras mismas, nosotros mismos.
Ir al teatro para salir agradecida a nuestras madres y abuelas es un mérito que Raúl ha conseguido de la mejor manera posible, con sensibilidad y conocimiento actoral de máxima categoría.
Por supuesto, el auditorio de Mota estaba lleno, aplaudió y reconoció el arte de un paisano como se merece. Gracias al Ayuntamiento, a su alcalde, por hacer posible que los espacios municipales ofrezcan calidad cultural a la ciudadanía moteña. Todo suma.
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