MAUTHAUSEN

 5 DE MAYO DE 1945 Y DE 2019

Fotografía de Francesco Boix, Mauthausen, rtve

Hace tan solo cuatro años que el gobierno español decidió rendir homenaje a las víctimas del nazismo de España, así que tenía que hablarse de Mauthausen, el llamado campo de los españoles por la cantidad de personas de nuestro país que fueron deportadas allí, más de 8000, de los que murieron más de 5000.

La fotografía, extraída de la web de rtve, es de el fotógrafo de Mauthausen, el joven comunista catalán que también estuvo allí y gracias a su cámara pudo testificar contra numerosos nazis en dos juicios claves, uno de ellos ante el Tribunal Internacional de Núremberg.

Que yo sepa, la noticia ha salido unos minutos en un concurso de La 2, a la hora de la siesta.

Considero que legislar sobre la Memoria Histórica debe suponer reconocer las efemérides con la necesaria difusión como para que todos los medios de comunicación nacionales se hagan eco, al menos los más relevantes, especialmente los públicos, porque si no es una ley inútil y se le da la razón a quienes construyen la realidad desde el presente sin atender al pasado que es el único lugar de donde venimos. Hoy deberíamos estar hablando de los campos de exterminio nazi que asesinaron a miles de españoles de tantos y tantos rincones de España, 50 de Cuenca, al menos recordar que por defender los valores democráticos, antifascistas o antifranquistas, ya se ha perseguido, torturado y asesinado. Este recuerdo o noticia tendría el efecto, que todo conocimiento tiene, de entender el presente, la fragilidad de las democracias, el peligro que corremos si no cuidamos lo que tenemos.

78 años después de la liberación del campo de concentración austríaco seguimos sin saber lo suficiente, con el consecuente riesgo de repetir, actualizado a los nuevos tiempos, los horrores de ser deportados en nombre de nacionalismos, banderas, religiones o lugares de procedencia, todo lo que quienes tienen armas consideran suficiente para dar golpes de estado, comenzar guerras o construir campos de exterminio. 

Hay que saber para actuar. En tiempos de paz, la Memoria Histórica ha de servir para enseñarnos, para educarnos, para hacernos mejores y, por tanto, para impedir que hechos mínimamente parecidos al pasado atroz e inhumano tengan alguna oportunidad en el presente.