UN CABALLERO EN MOSCÚ
Amor Towles, Salamandra, 2019
Gracias Elena, ahora entiendo tu entusiasmo al hablarme de esta novela.
Esta novela tiene 508 páginas por lo que el autor une varias novelas o muchos cuentos para crearla. El personaje principal está rodeado de otros secundarios que "cuentan" su propia historia, o parte de ella, relacionada con la del protagonista, haciendo que, a veces, este libro contenga referentes corales y enriqueciendo la trama hasta hacerla dramática, humorística, crítica, histórica, peliculera, barroca, ocurrente...genial.
El autor se cuida de llevar un orden cronológico para no perderse y que no nos perdamos quienes le leemos. Es importante el transcurso lineal del tiempo para apreciar los sucesos y las vivencias del conde Rostov, cómo adquiere roles diferentes que le propician conocimiento valioso con el que sobrevivir en un contexto muy original, como es una condena domiciliaria en el hotel Metropol de comienzos del siglo XX en Moscú.
Plantear que un aristócrata sobreviva en medio de una revolución bolchevique, dos guerras mundiales y el stalinismo soviético en el corazón de Moscú solo puede ser un planteamiento artístico, literario en este caso...o no. Si el autor es ocurrente y maneja el lenguaje descriptivo a las mil maravillas, el resultado es este maravillosa novela, en la que se dice algo así como que las páginas de los libros están numeradas para que podamos seguir leyendo tras una interrupción razonable porque leer es importante, vital.
Solo apuntaré una de las afiladas críticas políticas que se entre leen a lo largo de los capítulos que tiene que ver con la burocracia política, aplicable, me temo, a la actualidad, y es cuando el aparato del partido quiere controlar el restaurante del hotel haciendo que los camareros tengan que anotar las comandas en un papel que deben entregar a un secretario que debe registrar en un libro y pasar nota a la cocina cuyos cocineros deben leer y devolver el papel una vez cocinada la comanda al secretario que debe entregar el papel al camarero quien finalmente servirá los platos, necesariamente fríos, así justificar las sospechas de robos de alimentos.
El contenido sobre recetas de cocina y bebidas es ingente, también sobre cine, sobre música o literatura, de hecho en la página 219 dice que el arte es el siervo más incómodo del Estado, reflejando así con toda claridad el objetivo de crear este personaje culto, con oportunidades de cultivarse y de cultivar a los demás. Tan importante llega a ser su cultura que sale airoso de muchos entuertos por ella, gracias a ella consigue una tratamiento especial y un valor político extraordinario.
Resulta todo un placer leer momentos de reflexión, pensamientos y tomas de decisiones, diálogos, emociones, todo perfectamente descrito, ya sea en primera o en tercera persona, ya sobre películas americanas o poesía soviética. Pero hay algo que sobresale, y es difícil, entre todo el entramado literario y es lo bien que escribe sobre las relaciones humanas como la lealtad y el respeto. Parece fácil y sin embargo suele ocurrir que la amistad, la sexualidad, la familia, el compañerismo o simplemente el amor, por sí solos ya conllevan todos los valores éticos importantes y necesarios que no hace falta expresar. En esta obra, creo que es fundamental, precisamente lo que se expresa es la relación del comportamiento humano practicando lealtades y respetos en diferentes circunstancias románticas, políticas, familiares, laborales o festivas.
La literatura, cuando es buena, resulta ser imprescindible.
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