VOTAR A DIOS Y PASAR DE LA IGLESIA
J.J. Millás y Javier del Pino
A vivir que son dos días, 10/11/24
Una vez más lo ha conseguido, Juanjo Millás ha dicho con las palabras precisas la mejor metáfora sobre las elecciones norteamericanas y es que la población ha votado a Dios y ha pasado de la Iglesia, es decir, ya no importan los partidos políticos ni el ejercicio de la propia política, gobernar, regular, organizar, garantizar, porque lo único que importa es el capital genuino y no su sucedáneo, el caos capitalista que solo el hombre rico, sin ganarse nada, sin estudios, sin esfuerzos, sin trabajos, representa tan perfectamente, es el hago lo que quiero, el me salgo con la mía siempre, soy yo, después yo y luego yo también, que perfectamente representa Trump. El pueblo, como los creyentes, ha votado diciendo que no cree en la Iglesia (pederastia, enriquecida, doble moral...) pero sí en Dios (poder absoluto, ilimitado, jefe de todo esto) así que ha votado a Dios, sin rodeos, al más puro estilo yanqui, cabalgando en solitario, armado hasta las cejas, atravesando desiertos y montañas hasta imponer la ciudad sin ley y quedarse a vivir en ella porque allí es donde se prospera, solo allí.
Para aclarar el caso, dice el escritor que, ya en nuestra cultura, nos parecemos bastante cuando preferimos que nuestro equipo de fútbol gane jugando mal a que pierda jugando bien, porque el éxito es lo que vale, el éxito es la calidad, aunque sea haciendo trampas o directamente el mal. Y esto lo adereza recordando expresiones de políticos como verdades alternativas cuando quieren decir mentiras, a propósito del PP con Mazón, ese uso normalizado de eufemismos mentirosos que construyen realidades peligrosas hasta el punto de justificar enormes pérdidas de vidas humanas. Mentiras que asesinan cargando contra otros las responsabilidades propias.
Este intento de aclarar ciertos hechos sucedidos a lo largo de la semana que acaba, propósito de Javier del Pino invitando a Millás, resulta de lo más esclarecedor cuando se centra en analizar el lenguaje y la inevitable ética que conlleva. Así sea las elecciones en USA o la Dana valenciana en el PP. En este último caso los dirigentes políticos de derechas se empeñan en salvar a la Iglesia, o sea a su partido y no a Dios, todavía mantienen firmes su espíritu pederasta, corrupto, ladrón, de doble moral, intacto.
Pero hoy, además, han comentado, cómo no, otra noticia increíble pero cierta, la del Jefe de Delitos Económicos, quien en su casa de Alcalá de Henares tenía emparedados veinte millones de euros, alguien normal, austero incluso, con un perfil psicológico para estudiar, ya que trabaja para Asuntos Internos tan literalmente que en el interior de las paredes de su casa, lo más internamente posible, escondía su botín millonario no se sabe con qué fin. Aquí Dios es el dinero, sin más disimulo y la Iglesia la ley, supongo. Otra vez la realidad, que siempre supera a la ficción. Ficción, palabra imprescindible en Millás que ha podido usar para hablar de la vida cotidiana a propósito del último libro de Mario Jaramillo sobre el Hombre gratis, esclavos por convicción o por imposición, ejemplos del individualismo funcional (ponerse gasolina en las gasolineras, cobrarse en los cajeros del supermercado, evitando puestos de trabajo) Lástima que se haya pasado la hora del programa...
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