miércoles, 22 de enero de 2025

CONTRA LOS BULOS: FILOSOFÍA

 RAZONAMIENTO INTELIGENTE

Royal Mile, Edinburgo, Escocia

Por curioso que pudiera parecer, el laureado pesador griego de la foto, esculpido a mediados del siglo XX, es quien mejor razonó contra los milagros, o sea, cosas contrarias a las leyes de la naturaleza, sí, un empirista, el escocés del siglo XVIII David Hume. Otro británico nos lo recuerda en su obra La magia de la realidad, publicada en 2011 por Espasa, nada más y nada menos que Richard Dawkins. En la pág. 254 transcribe a su paisano así:

                    ningún testimonio es suficiente para establecer un milagro, a menos que el testimonio sea de tal tipo que su falsedad resulte más milagrosa que el hecho que trata de establecer

Si sustituimos los milagros por las mentiras o bulos, tenemos la solución.

Probabilismo, escepticismo y psicologismo, estos elementos filosóficos puso Hume sobre la mesa para explicar el mundo y explicarnos los seres humanos en él. Aunque lo hizo hace más de doscientos años seguimos sin creérnoslo y apostamos todo lo que somos y tenemos a la ruleta rusa de los milagros, de lo improbable, lo absoluto y lo estandarizado por muy absurdo que sea.

Pero quién tiene tiempo para pensar, para preguntarse o leer antes de darle al like.

¿Es probable que si nos gobiernan los empresarios multimillonarios vivamos peor? ¿cuánto? vayamos a los hechos, busquemos realidades siguiendo al filósofo.

Tal vez, tengamos que afirmar que sería un milagro, algo contrario a la ley de la naturaleza, que viviéramos bien siendo gobernados por la plutocracia sin límite, por los algoritmos tecnocapitalistas que controlan cada rincón del planeta. Puede que se habite Marte o la Luna, pero será a costa de deshabitar la Tierra o mal vivir en ella ya que, es muy probable que, cada céntimo destinado al espacio no revierta en la contribución al desarrollo humano en este planeta.

Mientras esos empresarios multimillonarios han estado jugando a ser más ricos al margen, aparente, de la política no éramos consciente de su poder en nuestras vidas. Sin embargo, ahora ya es imposible mirar para otro lado, lo tenemos delante, son ese elefante en la habitación, bien alimentado por el fascismo y todo tipo de intolerancias humanas que creamos a lo largo y ancho de este mundo, que habitan varias casas como la Blanca y la Rosada haciendo un ruido estrepitoso y contagiando con gran facilidad, porque en la era de las tecnologías las distancias no existen.

Aunque se nos intente convencer de que nada puede cambiar, como todavía no sobos robots del todo, podemos practicar el argumento de Hume antes de tomar decisiones, antes de apoyar decisiones y antes de permitirlas si nos sientan mal o pueden hacerlo en un futuro, a nosotros y a la humanidad.

Insisto, siguiendo  a Hume ¿qué probabilidad hay de que se tomen medidas concretas sobre el cambio climático, la paz o los Derechos Humanos, si gobiernan los tecnocapitalistas el país más poderoso del mundo?, ¿qué probabilidad hay de que funcionen bien, lleguen a quienes los necesitan en tiempo y forma, los servicios públicos si se privatizan?, ¿qué probabilidad hay de eliminar el odio sin los discursos políticos son racistas, machistas o xenófobos? Podemos aplicar este razonamiento a escala local, regional, nacional e internacional.

¡Probemos!

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