miércoles, 22 de enero de 2025

YA ESTAMOS DENTRO!!

 ...Y LLEGÓ LA HORA...

No hace falta ver el arma, ya la está usando

La peor distopía jamás pensada se ha hecho realidad, o el mundo se ha vuelto del revés. El caso es que es real, un hecho empírico, material, medible, cuantificable, con consecuencias vitales a nivel social, personal y medio ambiental de todo tipo.

Pasar a vivir dentro del videojuego tiene sus costes que, a priori, no se suelen atender por el afán de empezar a jugar, como la letra pequeña de las cookies que aceptamos sin más para poder usar páginas y aplicaciones que nos bombardean los móviles incesantemente, y claro, antes o después picas. 

Pues hemos picado, y de qué manera, a lo grande, vamos con todo. Tanto es así que la finalidad del juego es la autodestrucción, excepto si eres milmillonario claro. En todos los juegos hay excepciones, a las que cualquier jugador puede aspirar y empeñar todas las vidas para conseguirlas porque el fin justifica los medios, no hay más dilemas, más diálogos, más tiempo de reflexión antes de pulsar.

Una vez que las reglas de la oferta se aceptan todo lo demás viene solo. Aceptamos que para votar a los representantes públicos se puede comprar los votos, los candidatos y demás componentes imprescindibles para el juego de la democracia, así que aceptamos que la clave del propio juego democrático fuera el dinero, con lo cual quien lo tiene acaba apoderándose del poder antes o después.

Ya sabemos lo que significa que un fascista gobierne, no hace tanto que lo hemos tenido en casa, en la propia y en la vecina, de hecho las consecuencias todavía siguen coleando en nuestras costumbres, tradiciones y algunas leyes. En casa, algunas personas añoran aquel tiempo y hacen todo lo posible porque vuelva, celebran el caso norteamericano con alegría y hasta se envuelven en banderas de USA paseándose por Madrid delante de iglesias católicas (imagen distópica hace hace poco)

Quienes no queremos jugar no importamos, es la tiranía de las mayorías, es decir del poder económico controlador de las tecnologías el que elige por todo el mundo, el que impone el nuevo orden mundial. Ni siquiera es un nuevo pacto o contrato, como dirían los ilustrados europeos, porque una de las partes no cuenta, solo ha tenido que picar en la oferta del videojuego.

Regresamos a la caverna platónica. Alguien dirá que nunca salimos, pero yo he vivido derechos y libertades que ahora están en peligro para millones de personas. Apostar por el avance tecnológico no significa más progreso social, ni la igualdad, ni la libertad ni la solidaridad están garantizadas sin la dignidad. Me temo que no tenemos dignidad cuando somos utilizados, manipulados, para picar en el videojuego de nuestras vidas, de este planeta.

A ver cómo salimos de esta...

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