ANTIBECAS
Quienes hemos estudiado con becas sabemos lo que cuesta obtenerlas y mantenerlas. La renta familiar y las notas deciden si se pueden estudiar o no, es decir, si se puede tener oportunidades, realizarse, desarrollar e innovar en campos y a niveles que nadie puede hacer por ti. No hay progreso sin talento y en muchas ocasiones el talento sólo se descubre gracias a las oportunidades que dan las becas.
Se corren muchos riesgos personales y sociales sin las becas son pocas y de ingresos bajos, de hecho, siempre son insuficientes. Es bastante normal que se tenga que trabajar para poder costearse los estudios a pesar de disponer de beca cada curso, sobre todo si se estudia en Madrid, una de las ciudades más caras de España por lo que hoy muchos jóvenes ni se plantean acceder a sus universidades.
En momentos de grandes crisis el acceso a los estudios es una de las causas de mayores brechas sociales. La pobreza se cronifica si nadie de la familia consigue ascender un peldaño en la escala social. Las referencias de tener expectativas favorables desaparecen sin familiares que estudien carreras, grados, para poder trabajar en un puesto bien remunerado y con derechos. La política democrática pierde uno de sus pilares más básicos si no permite la igualdad de oportunidades entre su ciudadanía y facilita la exclusión, la marginación y en definitiva las clases que condenan a vivir mal a la mayoría para que una élite viva de maravilla.
Así que, se desvirtúa el papel de las BECAS si con dinero público se otorgan recursos a familias cuyas rentas pueden pagar estudios no obligatorios a sus hijas e hijos. Así se socava el estado de derecho y social que se supone es la definición de nuestra actual democracia, entre otras cosas, porque impide un futuro mejor a la ciudadanía. Y no, no soy tan ingenua como para creer que quien estudia tiene garantizado un puesto digno de trabajo, no, lo sé y lo compruebo a diario, soy docente de la pública y tengo contacto con mi alumnado cuando acaba los estudios universitarios. además no vivo en Marte y lo constato en mi barrio, en mi familia y entre mis amistades. Pero la noticia sobre las becas a ricos que la comunidad de Madrid ha implantado para el curso próximo es un atentado contra el estado social y de derecho que es nuestra democracia, atenta contra todo principio mínimo de política democrática.
Ni viviendo en una sociedad donde no hubiera necesidades económicas para pagar tasas universitarias, usar el transporte, adquirir materiales de estudios, pagar residencias o alquilar pisos, por supuesto comer y vestir, estaría justificado destinar un céntimo de dinero publico para regalárselo a los ricos, por que son ricos.
La privatización del PP está llegando a unos límites tan intolerables que además de ser injustos es que son ridículos. Todos nos preguntábamos ¿para qué querrá la duquesa de alba el cheque bebé? cuando el gobierno del psoe lo impuso a toda mujer que paría o adoptaba en este país, sin discriminación positiva. Fue cuando nos aprendimos bien la diferencia entre igualdad y equidad, clave en la buena distribución del gasto, de inversiones y de becas.
Todo para las élites, por las élites porque la libertad del PP es privilegiar a los ricos como toda la vida se ha hecho en nuestra cultura nacional-católica, durante el franquismo y en el posfranquismo, les resulta insoportable que hijas e hijos de trabajadores y trabajadoras estudien y puedan vivir bien, que ocupen puestos importantes en empresas y administraciones, que tengan casas y vacaciones, coches y hasta puedan pagar al dentista y sus caras no se diferencien de sus cirugías plásticas. Viven de las diferencias, para las diferencias y harán todo lo posible para mantenerlas y a gran distancia a ser posible, las necesitan para ser ellos mismos, es su esencia.
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