LA SEÑORA MARCH

 LA SEÑORA MARCH

Virginia Feito, Lumen, 2022

Es una historia dinámica aunque la protagonista no haga gran cosa en su vida, más bien es bastante anodina, pero la autora escribe de manera ágil lo que cuenta y hace que todo transcurra con mucha fluidez, incluso con demasiada, ya que, a veces, en una línea o dos deja caer un cambio importante que afectará al transcurrir de todo lo siguiente. No se ocupa de dejar las cosas claras, se ha de ser una lectora viva y audaz para descubrir todos los elementos claves.

Es de esas narraciones que deja pistas sobre el pasado de los protagonista sin insistir, como si no fueran datos lo suficientemente fundamentales para entender bien lo que sucede y por qué sucede. Los personajes secundarios, prácticamente todos excepto un par, son muy escuetos, claros y obvios.

Juega con la posibilidad, permanentemente, de que suceda lo que se espera, se anticipa e incluso se desea. Es un juego que mantiene bien la autora, cómodo de seguir y cumplir las normas hasta el final, un desenlace por un lado original y por otro previsible desde hacía muchas páginas.

La mente de una mujer que ha vivido para los demás, quienes han triunfado en sus propósitos, a lo están haciendo, quienes tienen una gran personalidad por ser resueltos en sus quehaceres y exitosos ante los demás, tiene su dificultad por haber sido muchas veces escrita o llevada la cine. De hecho, esta novela parece que se llevará pronto a la gran pantalla. Sin embargo no es fácil escribir lo que piensa y hace una persona a la vez que lo que ni piensa ni hace y mantener el interés sin precisar, mostrando cierta incoherencia o absurdo en una lógica razonable que es la trama. 

Puede ser el aburrimiento de una burguesía acomodada a unas costumbres inamovibles el marco que contenga las piezas del puzle. Encajan prejuicios y vidas disolutas, convenciones machistas, roles de una época muy estereotipados, traumas infantiles, presiones familiares, modas sociales, todo impuesto férreamente, aunque contado con ligereza. Así que tiene que pasar algo, aunque sea en la mente de alguien. Y vaya si pasa, atención a la sucesión de ideas y velocidad de hechos de la segunda mitad de la novela.

Hay capítulos que son auténticas escenas de cine, ya vistas, muy parecidas a las ya vistas o con muchas probabilidades de ser vistas, por lo que también se lee muy rápido, como con el lenguaje audiovisual.

A veces lo más sencillo cuesta que sea la primera hipótesis que se contempla ante unos hechos muy evidentes o unas palabras muy claras. Algo así pasa aquí, no se acepta o no se quiere aceptar lo que está pasando y se nos plantean otras vidas, otras ideas, otros escenarios, que abren otros mundos imaginados. Acaba siendo una novela negra estilosa con sus confusiones abundantes y despistes frecuentes.

A ver por dónde sale Virginia Feito en su segunda novela, esta primera ha sido entretenida, divertida a ratos y muy seductora, no se puede dejar de leer.