SOLE GIMÉNEZ
Estival CUENCA, 7/7/22
Foto de Pilar Suárez
Anoche Cuenca sonaba con voz de mujer desde El Parador Nacional de Turismo, desde un lugar emblemático de la ciudad, en plena Hoz del río Huécar, frente a los farallones que soportan la ciudad colgada, iluminada tibiamente dejando ver las sombras alrededor del Puente de San Pablo.
Sole Giménez presentó parte de su último proyecto sobre mujeres en la música. Nos cantó un puñado de canciones muy conocidas cuyas autoras son desconocidas por ser mujeres, han sido versionadas, exitosas, cantadas en diferentes idiomas y actualizadas de mil maneras pero nunca dando a conocer la autoría. Esto no pasa con los autores. Hoy hay cantantes que investigan sobre músicas antiguas, sobre canciones exitosas y versionadas en muchos idiomas que citan a sus autores, entre otras cosas porque suelen ser conocidos, y los actualizan con sus estilos y personalidades artísticas. Sin embargo, cuando las creadoras son mujeres pocas veces alcanzan éxitos multitudinarios.
Anoche, Sole insistía en contarnos parte de las vidas de las mujeres que habían compuesto las canciones que ella nos presentaba y versionaba con su peculiar estilo. Algunas fueron mujeres ya fallecidas y otras jóvenes actuales, de México o de aquí, todas con un gran nivel musical y letrista, compositoras extraordinarias. Al hacerlo ponía en valor lo importante de nombrar, de saber y de transmitir la verdad también en la música, espacio este en el que las mujeres "siempre estamos rodeadas de hombres" dijo.
Una vez cantó un poema de un hombre que ella misma había arreglado con música y sonó precioso, el poema era de Miguel Hernández, a quien también reivindicó, y el poema era Tus cartas son un vino.
El concierto transcurrió entre el goce de escuchar un piano maravilloso, su voz jazzera, bluesera, de bolero o vals criollo y la emoción de asistir a una justa y necesaria reivindicación feminista. Cuando, al hacer un guiño a la ciudad, ya en los bises, canto por Janet una canción de José Luis Perales, un hombre sentado a mi lado dijo que "si es calidad no importa el autor", yo pensé que si es mujer la autora no se sabe si tiene calidad porque o no se la tiene en cuenta o se oculta su autoría, por esto el concierto de anoche fue mucho más que un concierto.
Que una artista española se dedique a investigar el repertorio de mujeres cuyas canciones han sido y son maravillosas, que las cante a su manera y que haga giras enseñándonos a sus autoras es un lujo que Estival Cuenca ha traído en esta edición, cuyo premio Manuel Margeliza le entregó su director Marco Antonio de la Osa, y yo pude disfrutar, entre hormigas voladoras y una buenísima cena de picoteo.
Por cierto, antes, de telonera, actuó una joven de San Clemente, Cuenca, llamada Laura Moreno, con su guitarra una veces y su teclado otras, canciones propias que nos impresionó. Ojalá tenga suerte y su obra llegue a mucha gente que, además, sepa su nombre.
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