CON EL SOL DEL ATARDECER...REFLEJOS DEL VERANO
Caminar, al ritmo que te pida el cuerpo, pararse ante una inflorescencia de cardos dorados, charlar con la gente que cruza y dejarse calentar por el sol del atardecer...todo un placer!
Los colores cálidos conllevan algo de gratitud, acogen con cariño, provocan bienestar. Si lloviera y el agua cubriera la laguna el paseo transcurriría entre cánticos de pájaros y aves zancudas, la mirada se dirigiría al cielo por aquí y por allá buscando la causa del sonido, inimitable.
No hay amarillo más bonito que el del final del verano, anticipando los dorados del otoño. En La Mancha se luce sin obstáculos, apenas los verdes de las viñas lo recortan para proporcionar sus dimensiones a través del contraste.
Es un buen comienzo y final de estaciones, como un tránsito tranquilo, natural, que va soltando lastre veraniego y adquiriendo disposición otoñal, es algo interior que está en el ambiente, en el medio ambiente.
Ojalá llueva pronto y el paisaje cobre elementos vitales, será, incluso, más bello que ahora.
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