viernes, 7 de marzo de 2025

¿ES EL ENEMIGO?

 ¿ES EL ENEMIGO?

Alexis Morante, 2024


Sabía que me iba a gustar antes de verla porque Gila le gustaba mucho a mis abuelos y a mis padres. He crecido escuchando sus chistes en boca de mi abuelo y mi padre, a veces corregido por mi madre, entre carcajadas y repeticiones que alargaban las risas ininterrumpidas de un chiste y otro. De hecho, la mayoría de los que se dicen en la película me los sé de memoria y me siguen haciendo gracia, ahora también por el recuerdo de mis familiares que ya no están.

Miguel Gila no parecía una persona muy graciosa, de hecho sus chistes se basan en situaciones muy dramáticas, injustas y miserables, pero sabía cómo contarlos, con qué tonos y pausas, sabía lo que nos emociona y nos confunde, usaba lo absurdo, lo ilógico, lo imposible para hacernos reír sobre la realidad cotidiana, al menos sobre cómo sobrevivir a sus duras condiciones.

Las guerras...la Civil española especialmente por haberla vivido, fueron temas recurrentes hasta que dejó los escenarios. En esta película aparece esos años concretamente, los de la Guerra Civil, las bombas en Madrid, los cuarteles de pueblos perdidos, las cárceles torturadoras, los fusilamientos y la violencia, sobre todo las pérdidas y los encuentros.

En esas circunstancias Gila dibujaba y contaba chistes que consolaban, que animaban, que hacían olvidar o recordar, que ayudaban a pasar el trance, a modo de terapia compartida mientras les llevaba, con las imágenes que sus palabras producían en las mentes de los demás, hacia un lugar seguro y familiar, donde reír era inevitable, al menos sonreír. De ese estado anímico sacaría fuerzas para seguir viviendo.

La película está muy bien ambientada, el elenco de actores es muy bueno y Óscar Lasarte lo hace genial. Se considera cine bélico, así que poca broma, aunque también comedia, así que poca guerra. El caso es que nos cuenta la guerra entre bromas para sobrellevarla, quién no se reiría si un soldado telefonea al enemigo para quedar, para acordar la hora del ataque, el número de balas que usarán o cuántos son.

El recuso del teléfono no puede ser más entrañable porque simboliza el futuro y la amistad. El primero porque todavía no suelen tener teléfono las familias pobres, años 30, y la segunda porque jugar a las llamadas telefónicas era algo entre su amigo Pedro y él, que ha acabado siendo algo entre el humor de Gila y nosotros.

Recomiendo verla, es crítica, es cómica y muy emotiva.

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