domingo, 10 de mayo de 2020

FASES: Esperanza



Del griego phásis "manifestación"

En la primera acepción según la RAE es Cada uno de los distintos estados sucesivos de un fenómeno natural o histórico, o de una doctrina o negocio.

Una vez que sabemos el significado para saber exactamente lo que queremos decir y lo que se dice cuando usamos la palabra debemos tener en cuenta el contexto. Sin conocer el contexto estamos perdidos, no sabemos nada. En un lenguaje tan rico como el castellano que contiene tantas palabras polisémicas si no sabemos algo más no tendremos la precisión necesaria para su uso.

El contexto de las fases sobre la desescalada del confinamiento por la pandemia es muy diferente según los lugares ya sean territorios o edificios, pero sobre todo la gran característica del contexto, clave para entendernos, es que HAY QUE EVITAR EL CONTAGIO por motivos de salud.

Han de ser fases nuevas ya que el contexto es totalmente desconocido. Nunca debemos volver a una situación anterior al coronavirus porque este, me temo, no ha desaparecido. Aunque no lo veamos, qué le vamos a hacer, ahí está, invisible, acechante y mortal.

En cada casa vivimos una circunstancia con unas personas concretas en sus patologías, edades, necesidades, dependencias y proyectos, deseos, planes de futuro.

Pensar en nosotros mismos hoy más que nunca significa pensar en los demás, lo comprobamos durante el paseo por las calles y zonas de esparcimiento cuando nos alejamos de quienes vienen en dirección contraria, cambiamos de acera, nos separamos unos metros para no tener el mismo espacio vital, llevemos o no mascarilla, llevemos o no guantes. Este "quiebro" que nos hacemos unos a otros sin molestarnos, por precaución, para protegernos, ha de tenerse en cuenta a la hora de cambiar las fases o "manifestaciones". Estamos mutando...

Cada una de nosotras, como personas, somos las fases, las practicamos, las hacemos posibles. Nadie puede respirar por nosotros (a excepción de una máquina en un hospital) y nadie puede decidir nuestros movimiento más que nosotros y nosotras. El de nuestros hijos e hijas, nuestros mayores y dependientes, también lo decidimos nosotros, con precaución constante.

No existen las fases sin la fase.

No hay desescalada sin escalada.

Volver a hacer la misma vida sería un error garrafal cuyas consecuencias serías insoportables en muchos sentidos. No merece la pena ponernos a prueba, no hace falta correr riesgos innecesarios. La vida está por encima de todo ¡¡¡sin personas vivas no hay economía!!!

El cuidado, la precaución, la empatía, los otros, han venido para quedarse. No perdamos los papeles ahora, después de la supervivencia y los aislamientos han de venir fases humanas, agradables, beneficiosas a corto y largo plazo, fases en las que podamos disfrutar del espacio y el tiempo en común, de tod@s para tod@s.


No hay comentarios:

Publicar un comentario