sábado, 14 de agosto de 2021

HOMO CLIMÁTICO

 HOMO CLIMÁTICO

Temperaturas nunca vistas en Europa, inundaciones en Alemania, incendios que duran meses en EEUU, empresas energéticas ladronas en España, islas de plásticos en el mar...

Hay tantos factores que concurren, entre ellos el azar, para que estos desastres ocurran que un análisis sosegado exigiría días de estudios y diálogos constantes entre numerosas especialidades científicas, sociales y políticas. Pero también éticas.

La supervivencia es un instinto, a estas alturas, totalmente culturizado, que nos indica las necesidades, sus urgencias y consecuencias si no se satisfacen, que tenemos como seres vivos, dependientes. Somos seres dependientes del clima. CLIMA: temperatura, viento, precipitación...y acción humana, esta variable es imprescindible para hablar del clima.

Por tanto, tenemos la acción de cada una de nosotras, como personas que queremos vivir como parte. Tanto si actuamos de una manera o de otra siempre habrá consecuencias en el clima.

Parece mentira que países ricos, considerados punta de lanza en tantos aspectos modernos, como Alemania o EEUU estén sufriendo desastres medioambientales como los considerados tercermundistas en los mismos aspectos modernos. Resulta increíble asociar a alemanes las inundaciones de calles, barrios y ciudades. Resulta increíble ver cómo los bomberos norteamericanos normalizan que hay incendios que durarán meses sin que puedan extinguirlos.

El clima es capaz de todo, de arrasar con nuestro estilo de vida por muy rico y moderno que sea.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Este refrán queda inutilizado porque ya es tarde para miles de personas, para millones. Sin embargo si tomáramos medidas éticas podríamos hacer algo todavía. La economía no debe seguir dominándolo todo, no la capitalista, no la globalizadora actual. No está funcionando bien.

Viajo por carreteras en las que se nos informa que tenemos riesgo extremo de incendios, aquí en la Península Ibérica, cuyas montañas más altas apenas conservan reducidos neveros de un invierno a otro, cuyos ríos se secan y se hace difícil encontrar sombra en el campo y en las ciudades. 

Somos responsables, sois responsables, son responsables. Nos va la vida en lo que hacemos, en cómo lo hacemos, desde las instituciones internacionales a los gobiernos, desde los ayuntamientos locales al comportamiento individual.

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