PRIMERA
Primera semana de enero, primera mujer asesinada por su pareja.
De las características del asesino se pueden extraer la edad, la ocupación, su nacionalidad, el lugar de residencia, experiencias de pareja anteriores, el modo de matar, la huida posterior, su red de familiares y amistades, sus gustos, etc., nunca se obtendrá un perfil del que sospechar la próxima vez. No existe en el caso de la violencia de género.
De las características de la víctima se pueden extraer la edad, la ocupación, su nacionalidad, el lugar de residencia, experiencias de pareja anteriores, su red de familiares y amistades, sus gustos, etc., nunca se obtendrá un perfil al que proteger la próxima vez. No existe en el caso de la violencia de género.
Es un problema social y hay que atenderlo así. Conocerlo para prevenirlo porque hay que evitarlo para el bien del conjunto de la ciudadanía. Tratarlo de otro modo es evitar su tratamiento, desviar la atención, ningunear la importancia que tiene, que ha tenido y que seguirá teniendo de no intervenir adecuadamente.
Llevamos décadas contabilizando casos, extrayendo características, evaluando datos, circunstancias, cambiando leyes, formando a profesionales, denunciando deficiencias y negligencias, pero la sociedad no acaba de ser consciente, no acaba de interiorizar la gravedad de la violencia de género. Es que la fuerza de la costumbre es tremenda y se lleva por delante argumentos y pruebas. Hay que cambiar las costumbres que contienen machismo en todos los ámbitos posibles.
Estaría bien aprender cómo son las relaciones humanas igualitarias, respetuosas, libres. Estaría muy bien saber. Para ello está el colegio, el instituto, la universidad, pero también la tele, el cine, los videojuegos, los memes, los tiktoks, los influencers, los deportes, la música, el teatro, la moda, las religiones, los trabajos, los discursos y especialmente los ejemplos cotidianos, cercanos.
Aprendemos a la vez que demostramos que aprendemos. Sabemos y se sabe que sabemos. Nuestros comportamientos y actitudes reflejan, queriendo o si querer, cómo somos, qué hemos aprendido, qué sabemos.
Entrar en una relación de pareja no debe significar entrar en una relación de abuso, de violencias y malos tratos, del tipo de sean. Hay maneras de enseñar y aprender esta asignatura ¿cuándo empezaremos a cursarla?
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