martes, 4 de enero de 2022

HOMO DEUS

 HOMO DEUS

Yuval Noah Harari, Debate, 2016


Cuando llevamos casi dos años conviviendo con "algún primo desconocido de la Peste Negra" podemos asegurar que muchas de las afirmaciones que Harari hacía ene este libro son verdades incuestionables. Su capacidad de usar la información para plantear escenarios posibles es demoledora, tanto como su conocimiento de expresiones técnicas para manejarlas con precisión suficiente y conseguir que le entendamos personas ajenas al mundo de la ciencia y de la informática. Esta virtud no es fácil y es de agradecer al profesor de historia que la comparta en sus maravillosos libros como este.

A lo largo de la obra una idea se hace recurrente y es que la responsabilidad humana de lo que pasa en el mundo, de lo que ha pasado y de lo que pasará es indudable y va más allá de lo que conocemos como ser humano porque cada vez convivimos más con la tecnología. La biotecnología, Darwin y Turing, puede producir lo mejor y lo peor: el dataísmo y sus múltiples usos. Hablo de la responsabilidad porque esta supone libertad, algo que sólo parece que tenga el Homo Sapiens, y su ejercicio cada vez más determinado por el control del big data, o sea, los algoritmos electrónicos.

Simplificando al máximo la historia humana en la que han sido claves las religiones y las ciencias, destacando algunos hechos revolucionarios y descubrimientos imprescindibles, cuenta la evolución cultural, necesariamente incrustada en la biológica, del progreso humana, del poder transformador que hemos ido adquiriendo con el tiempo, a través de los modelos económicos y políticos más exitosos, hasta plantear la posibilidad del tecnohumanismo. El recorrido lo hace de manera sencilla, recurriendo a los ejemplos más fáciles y amenos, proponiendo hipótesis originales que parten de acontecimientos bien conocidos de la historia, incluso incluye pequeñas ilustraciones en blanco y negro que aclaran el texto. Esta metodología hace que no puedas dejar de leer el ensayo, como si fuera una novela de intriga que quieres descifrar y solo al final podrás hacerlo.

Pero el final, tal vez porque no ser novela de intriga, no aporta soluciones ni respuestas, en su lugar una serie de preguntas, a modo de conclusión, sirven de cierre. Esto es lo mejor, la síntesis abierta, la posibilidad que invita a reflexionar, a seguir preguntando y preguntándonos por la verdad de las cosas, por la conciencia humana, por la vida cotidiana, siempre cambiantes, en constante evolución, ahora en una cultura más tecnológica que nunca, en un contexto escrito en algoritmos electrónicos que desdibujan la biología, lo orgánico, tiñéndolo de datos que predicen y promueven el valor de cosas, de la vida, en cada rincón del planeta.

Una nueva cosmovisión lo está transformando todo y esta vez no es tan gradual como en siglos anteriores, más bien parece que, dando pasos de gigante, sea difícil que estemos a la altura a corto plazo. Puede que nos enteremos de lo que estamos provocando una vez que ya haya sucedido. 

En cualquier caso es fascinante el análisis que exhibe Harari, cómo lo hace y a dónde nos lleva su propuesta. Todo un ejercicio intelectual, apoyado en cuarenta páginas de notas y una web de corrección de errores. Puede que no compartes su análisis, si la selección histórica a la que hace referencias, ni a los datos y cifras que maneja, incluso puede que encuentres absurdo el "viaje" cultural expuesto, pero a pesar de todos los sesgos contenidos no te dejaré indiferente porque, al menos, no podemos probar que la posibilidad de que lo que escribe esté pasando tal y como lo escribe sea errónea del todo. Es más, nos deja una sensación de certeza apabullante. Bienvenido el escepticismo!!

"En el pasado la censura funcionó al bloquear el flujo de información. En el siglo XXI, la censura funciona avasallando a la gente con información irrelevante (...) En tiempos antiguos, tener poder significaba tener acceso a datos. Hoy en día, tener poder significa saber qué obviar. Así, de todo lo que ocurre en nuestro mundo, ¿en qué deberíamos centrarnos?" pág. 430


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