VOCACIÓN DE ESTADO
Cualquier partido político que opta a representar a la ciudadanía en la convocatoria de elecciones generales tiene vocación de estado, aunque no sea favorito y sus votos no vayan a ser muchos puede serle necesario a otro u otros partidos que, uniéndose, gobiernen el estado.
De hecho, esta fórmula, la de coalición de partidos, es bastante frecuente ya a todos los niveles, locales, regionales y nacionales, en nuestro país y en muchos otros países democráticos.
Sin embargo, se suele utilizar la expresión de que determinados partidos políticos tienen vocaciín de estado y otros no. Supono que como excusa para diferenciar entre los que han gobernado alguna vez y los que no lo han hecho todavía, o tal vez entre quienes tienen poder e infuencia en ámbitos como la economía, la justicia, la religión, por nombrar sin concretar en empresas energéticas o telecomunicaciones, en poderes judiciales o tradiciones culturales dogmáticas.
En las democracias representativas, en España lo estamos viviendo por primera vez en nuestra historia reciente, la coalición de partidos supone una oportunidad de hacer partícipe a la diversidad de propuestas que tiene la ciudadanía a la hora de enfocar y resolver los asuntos políticos, es decir, los asuntos de estado. Luego la vocación de estado no es excluyente, no es exclusiva de ningún partido político ni se ha de utilizar para menospreciar o sobrepreciar a formaciones políticas.
La pandemia, las crisis económicas, los conflictos diplomáticos, las migraciones, el cambio climático, los fascismos, en definitiva a que los problemas sociales propios o globales que suponen violaciones y alteraciones de los DDHH, es decir, algún sentido de la justicia en la convivencia entre personas, están siendo atendidos por coaliciones de partidos, siendo algunos de estos minoritarios, nuevos e incluso extremistas.
La democracia se practica de muchas maneras, de tantas como estemos dispuestos a permitir en función de las circunstancias, así que, en estas, las españolas aquí y ahora, todos los partidos políticos que se presentan a las elecciones tienen vocación de estado. El PP y el PSOE han gobernado en todos los niveles posibles de gobierno y lo han hecho mal en muchas ocasiones, de hecho la corrupción corre por su venas, por lo que es preferible que su vocación de estado no sea la única ni siquiera la que mande.
Ojalá cada persona que vota lo hiciera pensando en que su decisión hace estado, hace gobierno para tratar los asuntos fundamentales de nuestra convivencia en paz, con dignidad e igualdad, de manera que cada decisión que se discuta en el parlamento cumpla con el respeto debido a todas las formaciones políticas representadas, con la igualdad de oportunidades a la hora de hablar y ser escuchada, con las garantías judiciales y la finalidad de ser la mejor posible para el el conjunto de la sociedad, sin discriminaciones de ningún tipo.
Echo en falta esa actitud de tener vocación de estado precisamente en quien dice que la tiene. Por sus obras les conocemos. Las mentiras en política deberían tener consecuencias legales.
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