miércoles, 7 de mayo de 2025

¿A QUIÉN LE IMPORTA LA JORNADA LABORAL?

 ¿A QUIÉN LE IMPORTA LA JORNADA LABORAL?


A la Patronal le da la risa tanto como a Junst, PP y Vox cuando oyen hablar a la Ministra de Trabajo de bajar las horas de la Jornada Laboral. Bien saben que ellos tienen la sartén por el mango y que en materia de capitalismo nadie les gana, eso de ganar cuanto más mejor caiga quien caiga. Son expertos, llevan toda su vida haciéndolo, legal o ilegalmente. Máximo beneficio con el mínimo coste. Por eso solo con huelgas la clase trabajadora ha podido bajar las horas semanales, porque si las trabajadoras y los trabajadores no trabajan, nada, los ricos pierden, y esto es lo único que no pueden soportar las derechas, que los ricos pierdan, o sea que ellos pierdan.

Hace muchos años que se acordó que siguieran ganando y ganando pero a condición de que las clase trabajadora no siguiera perdiendo y perdiendo, más bien que perdiera un poco menos, lo justo para poder consumir y así mantener las riquezas de los ricos.

¿Por qué ahora se niegan a bajar la jornada laboral? no es porque los trabajadores vayan a consumir menos, de hecho se endeudan (enriqueciendo a la banca) hasta la extenuación para poder llegar a fin de mes ni van a abandonar sus puestos de trabajo si no se cumple la ley (hay miles de horas extras diarias), sencillamente es su zona de confort, es su asunto privado, como si fuera su reservado. Los ricos marcan las horas, el ritmo, las cantidades de los que trabajamos para tener el control.

Que una Ministra de izquierdas les toque su terreno es intolerable. 37,5 horas semanales no va a ningún sitio para los ricos, es el hecho de que Yolanda Díaz lo proponga. Hasta han llamado lobby a los sindicatos para desprestigiarlos, como si no lo estuvieran ya. No soportan que una Ministra esté a favor de la clase trabajadora, que la beneficie, que la proteja, que procure su mejora. La derecha siempre usa sus poderes para todo lo contrario, incluso cuando gobiernan, sus Ministros/as de Trabajo ponen trabas o proponen rezar a la Virgen como únicas medidas del gobierno.

Los ricos se van con los ricos. A Junts se le está viendo la auténtica cara  que intentaba hacer pasar por víctima. Precisamente ellos no pueden decir que no hay diálogo, porque siguen exigiendo contrapartidas en cada reunión.

Resignificar está de moda, especialmente por las redes sociales, ese medio de comunicación rápido, ágil, que cree lo primero que le llega. Ahí se mueve como pez en el agua Vox y PP, nada de pensar, nada de preguntarse, nada de cuestionar, solo repetir consignas, sin comprobar. Ellos hablan de diálogo social, supongo que lo han visto por ahí y lo repiten como papagayos, porque nunca lo han practicado, es más, lo han impedido y lo siguen haciendo cuando pueden.

En realidad habría que bajar la jornada a 35 horas semanales para acercarnos a otros países, los mismos con los que compartimos precios de vivienda, productos alimenticios, transportes y otros bienes básicos. En esos países también hay ricos...

Ver la lechuza en diciembre: Resultados de la búsqueda de LO DE JUNTS aquí mismo.

8 comentarios:



  1. Reducir la jornada laboral no es, como algunos insisten en repetir, simplemente una cuestión de “justicia social” o de castigar a los ricos. Es, sobre todo, una cuestión de sostenibilidad económica y de competitividad. En un país como España, con uno de los mayores niveles de desempleo estructural de Europa, proponer una nueva reducción de la jornada sin abordar primero la productividad es, como mínimo, irresponsable.

    Las empresas no son entes abstractos o malvados. Son, en su gran mayoría, pymes que luchan por sobrevivir frente a una presión fiscal alta, una burocracia asfixiante y una inseguridad regulatoria constante. ¿Cómo se supone que deben producir lo mismo en menos tiempo sin subir costes ni despedir trabajadores? La economía no funciona por decreto.

    Quienes proponen estas medidas parecen olvidar que el empleo no lo crea el gobierno, lo crea el tejido empresarial. Y si ese tejido se ve atacado o debilitado, las consecuencias las paga toda la sociedad: menos empleo, más economía sumergida, menos inversión extranjera, fuga de empresas. Todo por una medida que, presentada como un avance, puede convertirse en un freno.

    Además, el discurso que enfrenta ricos contra pobres está profundamente anticuado y es peligroso. En la España real, hay muchos empresarios que se levantan cada día para pagar nóminas, que reinvierten sus beneficios y que generan valor. No son el enemigo, son parte de la solución.

    Por último decírselo que, convertir cualquier intento de sensatez económica en una supuesta conspiración de “los poderosos” revela una visión simplista y populista. Lo que no soportan algunos no es que se defienda a los trabajadores, sino que se plantee un debate serio, con datos, no con consignas. Reducir la jornada laboral puede ser deseable, pero no a cualquier precio, ni con dogmas ideológicos como guía. El verdadero progreso no se impone: se construye con diálogo, responsabilidad y realismo.

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  2. Gracias por el comentario, aunque no lo comparto sobre todo por los hechos sociales, por la historia reciente y porque la responsabilidad económica no está aislada, no puede estarlo, de otras responsabilidades como ecológica, salud, igualdad, dignidad...

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  3. Gracias por tu respuesta. Entiendo tu punto, y comparto que la economía no debe estar aislada de otras responsabilidades. De hecho, nadie que defienda una economía sana y sostenible debería ignorar cuestiones como la salud pública, la ecología o la igualdad de oportunidades. Pero hay algo fundamental: sin solidez económica, nada de eso se puede sostener a largo plazo.

    La responsabilidad económica no es una excusa para descuidar el resto; es el pilar que permite financiarlos. Para tener servicios públicos de calidad, atención sanitaria universal, inversiones en transición energética o políticas activas de igualdad, hacen falta empresas que funcionen, empleo estable y crecimiento económico.

    El problema aparece cuando se plantean medidas como la reducción de jornada sin tener en cuenta la realidad productiva del país. España no tiene los niveles de productividad de Alemania ni la flexibilidad laboral de países nórdicos. Si bajamos horas sin mejorar productividad, solo hay dos salidas: o se reduce salario, o se destruye empleo, o ambas. ¿Quién sufre más en ese escenario? Precisamente quienes más se pretende proteger.

    Por eso, la propuesta no es oponerse a la reducción de jornada en sí, sino pedir que se haga con criterios de realismo, no por impulso ideológico. Hay empresas que pueden asumirlo y otras que no. Generalizarlo por ley sin distinguir sectores o tamaños es irresponsable. No se trata de proteger “a los ricos”, sino de evitar que las medidas bienintencionadas terminen perjudicando a trabajadores y autónomos.

    En resumen, comparto el objetivo de construir una sociedad más justa, saludable y ecológicamente responsable. Pero no lo lograremos debilitando la base económica, sino fortaleciéndola con equilibrio, libertad empresarial y políticas eficaces que generen riqueza antes de redistribuirla.

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    1. Supongo que conoces toda la propuesta de la Ministra, de cabo a rabo, porque dices que se hace sin tener en cuenta otros muchos factores. Sin embargo, yo parto del supuesto de que al ser una propuesta necesaria es seria y conveniente, por lo que contendrá contenidos sobre mejorar la productividad provocando que no haya solo dos salidas, de hecho, casi nunca hay solo dos salidas ante nada, así no se tendría que dar el efecto que dices que se dará, contrario del que se pretende. Presuponer, prejuzgar, no suele llevar a buen puerto, pero sí controlas toda la propuesta y puedes afirmar que está prácticamente vacía, que no contempla los elementos más básicos de la economía, deberías demostrarlo.

      España tiene su propia idiosincrasia, como todos los países, así que necesariamente las medidas han de ser al modo español, circunscribiéndose a su contexto, es más a sus diferentes contextos regionales y sectoriales. No hay más atención a la realidad que plantear los asuntos desde los contextos y en los contextos concretos.

      Lejos de ser irresponsable, para mi, más bien, es urgente y oportuna precisamente para no debilitar la economía, cuyo pilar es la clase trabajadora, sin este pilar bien atendido es difícil que se genere riqueza con principios éticos y sostenibles en el tiempo.
      Gracias de nuevo.

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  4. Gracias por tu respuesta. Has planteado puntos interesantes, pero permíteme puntualizar con claridad y datos.

    Dices que no deberíamos presuponer efectos negativos si no conocemos la propuesta al detalle, y sin embargo tú partes del supuesto contrario: que por ser necesaria es seria, conveniente y efectiva. Esa confianza ciega en la bondad de la intención política es justamente lo que cuestiono. En política económica, las intenciones no bastan: importan los mecanismos, los incentivos y los resultados.

    Respecto a si la propuesta contempla mejoras de productividad: he revisado el contenido del anteproyecto de ley y no hay una sola medida concreta vinculada directamente al aumento de productividad como condición para aplicar la reducción. Lo que sí hay es un calendario para su implementación y sanciones para quien no la cumpla. No hay distinción por sectores ni por regiones, más allá de que se reconozca que algunos sectores se verán “más beneficiados”. Pero el criterio es uniforme: reducción obligatoria para todos. Por tanto, sí: es legítimo y justificado afirmar que la medida se aplica sin suficiente ajuste a la diversidad del tejido empresarial español.

    Por otro lado, afirmas que la clase trabajadora es el “pilar de la economía”, y en eso coincidimos. Pero ese pilar no se fortalece solo bajando horas, sino garantizando empleo, inversión, productividad y viabilidad empresarial. Ningún país ha prosperado castigando al generador de empleo para beneficiar al empleo. El equilibrio es clave.

    Finalmente, sostener que “casi nunca hay solo dos salidas” es una forma de relativizar cualquier análisis. En economía, los márgenes de acción están acotados por la realidad: si produces menos horas y no mejoras la eficiencia, o compensas con más contratación (coste), o reduces salario (impacto directo), o asumes menos competitividad (riesgo estructural). Puedes adornarlo como quieras, pero las consecuencias existen.

    Así que no, no prejuzgo: analizo lo que hay. Y lo que hay es una propuesta que, si bien tiene un objetivo comprensible, se presenta sin suficiente rigor técnico, sin respaldo de productividad, y con una aplicación rígida, que ignora la diversidad real de la economía española.

    Gracias por el debate, lo valoro sinceramente. Pero con los hechos sobre la mesa, las buenas intenciones no bastan.

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    1. Cuentas con ventaja ya que no conozco el contenido de la propuesta, sin embargo la buena intención es una condición necesaria, aunque no suficiente, y ante mi ignorancia me sirve porque las anteriores medidas de este Ministerio han funcionado con la oposición diciendo lo que tú esgrimes.
      Gracias de nuevo.

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  5. Gracias a ti por la sinceridad y el intercambio. Que reconozcas abiertamente no conocer la propuesta pero aun así valores la buena intención dice mucho en favor del tono del debate, y lo aprecio sinceramente.

    Dicho eso, creo que en política —especialmente en economía— confiar no puede sustituir a contrastar. Entiendo que algunas medidas anteriores del Ministerio han funcionado razonablemente bien, pero justamente por eso me parece esencial no bajar el nivel de exigencia ahora: los efectos de una reducción generalizada de jornada no son menores ni reversibles con facilidad.

    Si queremos que esta propuesta también funcione, la mejor manera de apoyarla no es asumir que será buena por precedentes, sino revisarla, cuestionarla y perfeccionarla desde todos los ángulos, especialmente el económico. Porque lo que está en juego no es una narrativa ideológica, sino empleo, productividad y estabilidad.

    Gracias de nuevo. He disfrutado mucho este intercambio.

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    1. Totalmente de acuerdo en que el fin no justifica los medios...pero la desconfianza por sistema los impide.
      Un placer, saludos.

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