jueves, 15 de mayo de 2025

PALEOARTE

 PALEOARTE

Mauricio Antón



El ilustrador y artista paleontológico ha presentado Ventanas al pasado. Métodos de trabajo en paleoarte en el MUPA, Cuenca, donde todavía se puede ver, hasta el domingo, la exposición con su obra.

De manera cercana, con los tecnicismos justos, ha mostrado cómo realiza su trabajo, qué relación tiene con diferentes ciencias y tecnologías. No se puede reconstruir el pasado sin el presente, sabiendo que los sesgos están ahí, que son de todo tipo, emocionales, subjetivos, pero inevitables y positivos porque llevan implícitos la capacidad de motivar. 

Este arte siempre es provisional, como toda tarea humana. Sirve hasta que se encuentra algo más verosímil, más plausible en excavaciones recientes. De hecho las materias primas son tanto los fósiles como los animales vivos, en uno y otro caso no está agotado todo lo que existe, desconocemos mucho. El papel de la especulación, de las hipótesis ayuda a las probabilidades y estas al resultado, nunca definitivo.

Se parte del registro fósil, después de las disecciones de animales muertos y finalmente se completa con la observación de animales vivos. Así se recrea por ejemplo el diente de sable (Homotherium). Lo exhibe con fotos y vídeos de su archivo personal. Resulta alucinante el proceso, desde los primeros bocetos, los posteriores colores, los elementos que ambientan el entorno, efectos de luces con los que dar profundidad, toda una puesta en escena teatral capaz de trasladarnos a miles de años atrás.

Precisamente en los paisajes se entiende bien la intersección de las disciplinas implicadas, la paleobotánica, la geología y el arte.

Como lleva muchos años en este mundillo no deja de contar anécdotas de sus viajes, de sus contactos con otros artistas y con el amplio y variado mundo científico. Nada existe aislado, las interrelaciones son constantes. Él va y viene porque lo que hace también está en movimiento continuo, tomando y soltando nuevos hallazgos, nuevas ideas, especulando y contrastando.

Sus ojos y su lápiz se ponen al servicio de la ciencia en el mismo laboratorio. Toda una lección de conocimiento y entusiasmo por lo que hace, se nota en el modo en que lo transmite. Un placer.


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