jueves, 23 de julio de 2020

BARDÉN: VERSIONES DE CALLE MAYOR

  Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero pasear por la calle Portales, la más importante del Casco Histórico de Logroño y encontrarte con la placa Homenaje a Bardén, en el 50 aniversario de la película Calle Mayor en 2006, me lleva a pensar lo que ha tardado el Ayuntamiento de Cuenca en homenajear al cineasta porque fue el año pasado cuando, después de mucho insistir por parte de la oposición de Izquierda Unida y el Cine Club Chaplin, el alcalde mandó colocar el nombre de la calle que vemos en la fotografía sin acto de inauguración ni nada, como algo que no fuera oficial, sin ganas, con lo cual sin el reconocimiento debido.

Además de Logroño y Cuenca se rodó en Palencia. En el año 1956, el director comunista tuvo que hacer virgueras para pasar la censura porque su trabajo denunciaba la situación de la mujer, su rol inmutable, desde la burla, el engaño y el abuso de poder machista que entonces era una de las señas de identidad de nuestra querida España.

No voy a recordar lo importante que es el cine como muestra cultural de una sociedad, sin embargo, en este caso, quiero resaltar que su importancia se mide también por la afinidad política de los ayuntamientos. El no reconocer, de motu propio, esta obra por parte de ningún alcalde conquense, incluso hacerlo de mala gana el verano pasado, acabando la legislatura, por obligación legal ya que se aprobó una moción en el pleno municipal al respecto al comienzo de la legislatura, refleja cómo hay partidos políticos que versionan la historia a su gusto, en este caso la cultura, ignorando, no reconociendo, lo que ha pasado, lo que pasa.

Ha ido un gustazo escuchar en la Oficina de Turismo de Logroño la indicación de la Placa Homenaje a Calle Mayor, a Juan Antonio Bardén, como algo que visitar de la ciudad. Así sin más, después que cada cual versione lo que le parezca pero primero conocer, saber, al menos las instituciones tienen la obligación de mostrar los hechos, la realidad.

En este caso es de una gran importancia por la temática, por la carga de denuncia social moderna que contiene la película, por la falta de igualdad y la reivindicación feminista que subyace. La violencia ejercida contra la mujer es tremenda, sutil pero bestial, sin ser física trata a la víctima sin piedad, como a una cosa de usar y tirar, como una prueba de hombría.

Los fascismos son machismos.

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