LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN CUANDO SE CUESTIONA SU TRABAJO SOBRE LOS PODEROSOS
Recuerdo perfectamente comentarios de periodistas conquenses hace años, sobre si mi formación política cometía intrusismo en su ámbito de trabajo. Mi formación política no dispone de gabinete de prensa, no tenemos medios económicos, nosotras mismas hacemos nuestros comunicados y escribimos nuestras opiniones que enviamos a los medios para que las publiquen si lo tienen a bien.
De hecho, la mayoría de las veces no nos publican y otras nos recortan o hacen versiones, en ocasiones muy diferentes, del sentido de nuestras comunicaciones.
El resto de formaciones políticas disponen de medios suficientes como para tener gabinete de prensa con periodistas profesionales que siempre escriben, hacen fotos y mantienen páginas webs puntualmente.
Curiosamente nunca les escuché crítica alguna, ni siquiera queja de pasillo, sobre el trabajo manipulado o tergiversado de sus colegas. Entre ellos el corporativismo supone hacer piña caiga quien caiga. A veces mantener a la familia y mantener la ética periodista son incompatibles.
Parece ser un signo de nuestro tiempo. Cuando los medios tienen dueños salen en su defensa y atacan a quienes no disponen de medios y no pueden jugar con sus mismas reglas. ¿Cómo saber lo que sucede si quien informa es parcial? A menudo vemos cómo periodistas conocidas y conocidos dejan la empresa para la que trabajan o han trabajado durante años, a veces se van a otras empresas y a veces, si pueden van por libre o se asocian entre sí en cooperativas u otros modelos no piramidales.
En la tele, en la prensa escrita, radiofónica o por internet. Cualquier medio de comunicación vierte su versión de los hechos. Estos días, en RTVE cuando cubren las noticias de las campañas electorales gallegas y vascas siempre nos dicen eso de que cumplen con la ley electoral a la hora de hacer su trabajo que no coincide con lo que desearían hacer porque su criterio es periodístico y no electoralista, así nos enseñan imágenes de ciertos partidos y otros nunca salen.
Las leyes de la comunicación deben revisarse, como todas, y ser evaluadas y puestas al día, teniendo en cuenta la libertad de prensa, la igualdad de oportunidades y el servicio público junto con el derecho a la información veraz de la ciudadanía.
En fin, nada más lejos que una información veraz hoy...hace tiempo que se instaló la manipulación en los medios y está tan cómoda que el solo hecho de insinuar su ilegalidad levanta ampollas. Hasta la RAE da buena cuenta del fenómeno con el término posverdad!!!
Ya hablemos de la Casa Real, de la corrupción política, del deporte, del covid-19, de la violencia de género o de los transvases de agua y las macrogranjas. Nada es neutral ni mínimamente objetivo. Y sabemos que no puede serlo en rigor y en un sentido absoluto, pero claro, de ahí a la ocultación y manipulación va un trecho que el periodismo de verdad debería evitar cruzar.
Ojalá pronto tengamos una ley que al menos sancione las mentiras, las fake news y defienda a quienes las denuncian para que no estén en prisión o sean criticados aquellas y aquellos que dicen la verdad comprobable, la de los hechos consumados y evidentes.
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