lunes, 28 de junio de 2021

LA VIDA DE LOS DEMÁS.

 LA VIDA DE LOS DEMÁS

Mohammad Rasoulof, Junio 2021


En Irán el servicio militar no solo es obligatorio sino que tienes que hacerlo para obtener el pasaporte, el seguro médico o un permiso de estudios, así los hombres lo hacen sin opciones. Uno de los sectores militares puede ser Ejecución, en el que los jóvenes han de ejecutar a quienes condena a muerte el propio estado iraní. No puede desobedecer porque serían condenados ellos mismos.

Las cuatro historias que componen esta película giran en torno a esta circunstancia, a saber, jóvenes militares ejecutores de la pena de muerte, sus posiciones ante esta ley y las consecuencias de sus actos al respecto. De ahí que el título haga referencia a los demás, ese conjunto de personas que se necesita para aplicar las leyes, incluida la de matar en nombre del estado, que son personas con familias y futuros.

Los protagonistas ejecutan, van a ejecutar o han ejecutado. El trabajo, la edad y las convicciones separan a los protagonistas cuyas posiciones difieren ante el mismo hecho de ejecutar obedeciendo.

Uno de ellos se niega y desobedece. 

Hay ambientes urbanos y naturales como un bosque y un desierto. Hay relaciones humanas de amor, de parentesco, laborales, de ideología y de amistad. Hay menores, jóvenes, mayores y de mediana edad. Y sobre todo hay dilemas morales sobre la obediencia a las leyes.

La crueldad está presente en todo momento, por activa o por pasiva, en cada una de las historias que muestran un panorama injusto que divide a la sociedad, a las familias y a las creencias.

El director está denunciado, no puede salir de Irán, ha trabajado en la clandestinidad y se la juega cada vez que estrena una película, porque todas ellas denuncian injusticias cotidianas de su país, que no son ajenas a otros países. La pena de muerte sigue siendo un asunto poco conflictivo para muchas personas que se consideran justas si matan a quienes han cometido delitos, ya sean de sangre o políticos. Sin embargo es una violación de los derechos humanos más básicos y nunca debería evocarse en nombre de ninguna justicia. La conciencia es algo social, cultural y se adecúa o no a las necesidades de cada momento y lugar personal.

El ritmo es lento, casi a tiempo real y hay muchos silencios, lo que hace que se haga más lenta aún. Los primeros planos cuentan buena parte de la trama y la música reconocible supone una cierta esperanza. La luz, natural y artificial, se encarga de generar emociones y tensiones. La última historia es un canto a la coherencia pacífica que se sabe minoría, tan minoría que sucede en el desierto, un lugar aislado y lejos de todo rastro de civilización.

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