LOS RECORTES EN SANIDAD SIGUEN MATANDO
Los Centros de Salud de Castilla La Mancha, los más cercanos a la ciudadanía, no pueden más.
El personal está saturado por estrés, por número de pacientes, por horas extras, por falta de personal y recursos. Las Urgencias se saturan prolongando todas las deficiencias de la atención primaria a los hospitales donde, las pruebas diagnósticas que se solicitan en junio salen en las agendas para abril, casi un año después, y la información a familiares brilla por su ausencia porque el personal médico no tiene tiempo de esperar al familiar que, después de 24 horas compartiendo habitación con su familiar y dos personas más que no conoce de nada, ha salido a comprar agua a la máquina del final del pasillo.
Después de un año salvaje, con miles de muertes, la sanidad pública está en las últimas, normalizando como atención lo que es desatención, descuido y falta de profesionalidad. La ciudadanía está haciendo cursos intensivos de medicina para decir por teléfono las palabras mágicas que le suenen bien al facultativo que está a otro lado de la línea para que le recete lo que pueda salvarle la vida o mejorarle la salud. Son muchas las ocasiones que la gente insiste en sus dolencias porque no se cura con lo que se le prescribe telefónicamente.
En consulta presencial no hay mucha mejoría, ya que el médico tiene prisa, mira el ordenador, sale al pasillo porque espera ver a su auxiliar o a los técnicos de ambulancias o la sala vacía para respirar. Entonces el familiar del enfermo, mayor, que ha superado el covid, le dice a ese médico estresado que mire la cara de su padre, solo mirar la cara de su paciente. Esta vez el médico mira y ve tal cosa que inmediatamente le envía al hospital más cercano por urgencias!!!
No son secuelas covid todo lo que nos enferma últimamente. También es el pésimo estado de la sanidad pública, es decir, las malas gestiones de los políticos responsables. Las vacunas nos tranquilizan pero no satisfacen las necesidades sanitarias de la región, ni en las zonas rurales, que tenemos muchas, ni en las urbanas. Las costuras de este roto ya no aguantan más, se abren, y la sangre llega a todas partes.
Hay profesionales buenísimos en muchos lugares ¿por qué castigarlos con tantos recortes inhumanos castigando a su vez a la ciudadanía que mantiene el sistema con sus impuestos? ¿Ni siquiera una pandemia es capaz de corregir los deterioros insoportables de la sanidad pública?
¿Hasta cuándo Toledo seguirá mirando para otro lado? ¿cuántos muertos tiene que haber en un mes, cuántas bajas médicas, cuántas reclamaciones, paros, huelgas, concentraciones, recogidas de firmas...cuánta paciencia tenemos como pueblo y cuánta desfachatez como políticos?
¡¡Hay una España que se vacía de gente porque las políticas territoriales la dejan morir!!
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