SOBRE EL DUELO
Chimamanda Ngozi Adichie, Random House, 2021
No sabía que Chimamanda había escrito este texto. No sabía que su padre había fallecido por coronavirus. Pero en cuanto lo he visto en la librería lo he tenido que comprar para, en un lugar aislado de la casa, leerlo, sentirlo y comprender lo que expresa en cada una de sus líneas, a pesar de la distancia cultural que mantengo con la autora. Es una distancia ficticia, solo apreciable en lo que se refiere a las costumbres igbo, por lo demás, la empatía no puede ser mayor.
Cuando habla de la pérdida y la pena que produce está describiendo a millones de personas en su situación entre las que me encuentro desde diciembre de 2020. Coincidimos en el dolor y el vacío, en vivir cambios definitivos en nuestras vidas, en hablar en pasado de nuestros seres queridos, en la memoria insuficiente y las palabras también insuficientes.
La mortalidad nos iguala. La muerte de mi madre, del padre de Chimamanda o de cualquier otra persona, en las circunstancias de la pandemia actual, son más injustas, creo. Compartir las emociones inéditas hasta ahora sienta bien, es bueno. Leer y sentir, sentir y leer.
La obra tiene el formato del resto de sus escritos publicados por Random House, librito de bolsillo, lo cual hace que sea más íntimo su contenido, más permeable y corporal. La cantidad nada tiene que ver con la calidad. En cualquier caso es suficiente, consuela saber que hay tantas personas que sienten lo mismo, que la rabia propia no es única, que el dolor propio se repite en cualquier lugar del mundo, que los rituales se parecen y las familias también.
"He llorado pérdidas en el pasado, pero solo ahora he tocado el corazón de la pena" pág.23
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