EL HOMBRE PREHISTÓRICO ES TAMBIÉN UNA MUJER
Marylene Patou-Mathis, Lumen, 2021
La prehistoriadora francesa acaba de presentar libro. Este breve ensayo da muestra de su trabajo, el conocimiento de la historia de su trabajo, y el estado actual de desigualdad machista que todavía padece la sociedad mundial, aunque ella se detiene en la francesa, de la cual cita casos históricos y datos, constantemente, de cada una de las afirmaciones o negaciones que escribe. Todo está documentado y contrastado, se cuida muy mucho de citar y citar, incluso en el epílogo, y sus conclusiones también están documentadas. Todavía hoy la palabra de mujer, aunque sea la de una científica de prestigio, ha de probar cada cosa que dice, algo que no le sucede a la palabra de hombre.
El texto expone numerosos episodios de la historia occidental en los que se produce un desprecio injustificado del hombre hacia la mujer pero perfectamente sostenido por todos los ámbitos sociales y culturales de cada época. Así, la ciencia ha contribuido al patriarcado institucional y al machismo de todo tipo, antes de la revolución científica del XVII y después. Por supuesto no estaba sola la ciencia en la creación de este empeño secular, la religión y la política han sido fieles compañeras hasta hoy.
Explica muy bien cómo, sin certezas, se atribuyen cualidades a hombres y mujeres bien distintas cuando se encuentran restos paleoantropológicos en diferentes latitudes del planeta. Cómo se da por supuesto las tareas y roles sociales de cada sexo sin ningún tipo de prueba contundente. Sólo la mirada de quien estudia decide lo que ve y su significado. Solo la mirada de quien escribe decide nombrar a quién le corresponde qué papel jugar, qué trabajo realizar, qué moral desempeñar y qué valor social tener. No se cuestiona la imparcialidad del científico, empresario, universidad, ni del editor que lo publica. Los fraudes de la ciencia son pocos, o eso creemos, y cada vez salen antes a la luz, pero en cuanto a machismo siguen sin examinarse lo suficiente.
La numerosas excavaciones arqueológicas que cita la autora dan una idea del contenido de lo que entendemos por Prehistoria, Arqueología, Paleontología, Antropología y otras ciencias empíricas relacionadas con el paso del tiempo que ha evolucionado hasta ser lo que somos. Tiene especial cuidado en las expresiones que usa cuando afirma que no hay datos suficientes, que las pruebas encontradas no revelan diferencias claras entre sexos, que hay sociedades matriarcales poco exploradas o malinterpretadas.
En este año han aparecido noticias en diarios convencionales y revistas especializadas sobre mujeres cazadoras, pintoras, guerreras de la prehistoria en diferentes lugares del mundo. Cuando salen a la luz noticias así han pasado todos los filtros posibles, sin embargo han recibido, también, todo tipo de críticas. Lo que constata lo lejos que estamos de eliminar prejuicios sexistas, lo lejos que estamos de dar una oportunidad a lo posible, a lo que fue, sin tener que acudir al tamiz de la tradición machista.
El patriarcado no es natural, dice al final del libro, a modo de conclusión. Como si no lo supiéramos a estas alturas...pero ¿por qué necesita escribirlo? Después de 200 páginas de exponer sesgos, teóricos y metodológicos, en todo lo relacionado con los roles de género. Después de citar a numerosas mujeres científicas, políticas, artistas, más o menos conocidas, de todos los tiempos y continentes, válidas en sus ámbitos, tanto como hombres de sus épocas y con mucho menos recursos, la necesidad de la autora es nuestra necesidad de reivindicar, al menos, imparcialidad, antes de emitir aseveraciones que sientan cátedra y costumbre.
Repite a lo largo del libro "persiste hasta nuestros días la creencia popular...". Considero que esta frase es gravísima, porque hace mucho tiempo que sabemos que la cultura, y en ella la ciencia, no es neutral, que ha discriminado a la mujer y que no hay ningún motivo para hacerlo más que la dominación y el control del hombre sobre el cuerpo de la mujer. Es gravísima porque sabiendo esta verdad no se hace lo suficiente para evitar los errores. Sobre los datos de estas disciplinas maquilladas por el machismo se construyen auténticas teorías y propuestas filosóficas, políticas, económicas, artísticas y educativas que van haciendo cultura, sociedad, humanidad contemporánea, todas sesgadas.
No tienen sentido los últimos datos del Epílogo sobre violencia machista en Francia. Escalofriante las 146 mujeres asesinadas por su compañeros o excompañeros según el Ministerio del Interior en 2019.
Esta publicación arroja luz sobre el tratamiento que hacemos de la historia y la prehistoria, cómo contamos el pasado para generar un futuro, cómo mantenemos un presente que se adecue a ese pasado y pueda encajar con ese futuro. Todo prejuicios, salvo los privilegios del sexo masculino, dominante, poderosos, esto no es ficción sino, me temo, que cruda realidad mundial.
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