domingo, 10 de octubre de 2021

SENDEROS, HONGOS...Y RAVE!!

 CUENCA ES ÚNICA!!!


Este Otoño recién estrenado es ideal para hacer rutas en Cuenca y alrededores. Sin salir de la ciudad puedes iniciar senderos preciosos, muy variados y fáciles. Si sales un poco, detrás del Parador de Turismo, encuentras auténticos bosques, fuentes, rocas para escalar, caminos y senderos para bicis y, especialmente para caminar y correr.

Empiezan a pintarse de amarillo los árboles del río Júcar y del río Huécar, aunque los pinos, por supuesto, mantienen su perenne verde para contrastar con el resto que pronto será naranja y luego marrón. De momento, los amarillos despuntan para el placer visual de cualquiera.

Pasando la Cueva de la Zarza, subiendo rocas y caminos estrechos, desembocas en un bosquecillo amable, resguardado por farallones por los que trepa la hiedra y las vías de escalada. Cuando lo acabas hay una cueva y un merendero preciosos, justo en el momento que apetece tomar algo y descansar. Sin embargo, esta mañana ha sido imposible, había una rave a pleno funcionamiento, a las 11 de la mañana, con su generador para que el dj pinchara música y que los enormes altavoces resonaran en toda la zona. Increíble pero cierto. Más de medio kilómetro de sonido de discoteca en pleno monte. La cantidad de basura era ya importante, no quiero  imaginar cómo puede quedar la zona una vez que se vayan de allí.

La carretera más cercana es la que sube al Cerro Socorro desde la carretera de Palomera. En ella también había plásticos, latas, vasos, bolsas tirados en la cuneta y esparcidos entre la vegetación y las rocas, creando un paisaje sucio y feo.

Menos mal que nos hemos alejado y hemos podido seguir caminando y disfrutando de la mañana. Cuando ya no oíamos el sonido, nos hemos podido concentrar en otras cosas y hemos encontrado numerosos hongos, entre ellos ricos níscalos. Los conquenses son gentes generosas y un abuelo que iba con sus nietos, cargados con una gran cesta llena de níscalos, nos ha dicho dónde había más, y una pareja, cada uno con sus cestas a rebosar, hasta nos ha dejado una navaja maravillosa que corta y limpia el níscalo. Entre el musgo y el suelo húmedo, apartando las agujas de los pinos, quitando la tierra oscura de encima están los ricos hongos anaranjados, olorosos.

Así que, a pesar de la rave (incomprensible en esa zona, a esas horas y con tanta suciedad) ha sido un paseo estupendo y provechoso!!

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