JORGE BLASS
Auditorio de Cuenca, 30/9/21
Una va a una espectáculo de magia sabiendo que le vana engañar y dejar con la boca abierta. Por eso elegí el Foso para ver bien cada gesto y movimiento del mago, incluso podía ver perfectamente al ayudante, a quien subía y bajaba del escenario, las sombras, en definitiva no perdía detalle. Sin embargo, la magia aparece y todo el escepticismo del mundo desaparece.
Es un gran prestidigitador e ilusionista. Adivina cosas, nos convierte en magos siguiendo sus instrucciones, hace aparecer y desaparecer cartas delante de tus ojos, utiliza los móviles para sus números y juega con los propios números matemáticos. No para de narrar historias breves para cautivar nuestra atención, provocando risas y exigiendo respuestas del público. Baja del escenario y sube con personas, niños y jóvenes, que contribuyen a que los efectos de su magia sean más creíbles...o increíbles, tal vez ahí, en la gente que sube, es donde está el truco...lo dudo, el final del número es sorprendente con niños o sin ellos en el escenario.
Las luces, la pantalla, el sonido...el arte de engañar al cerebro, de mostrar mientras oculta, de dirigir la percepción totalmente centrada y controlada donde él quiere, un espectáculo total.
¿Cómo hace lo de la cuerda, lo de la bola de bolos, lo de la nieve, la de la espada, lo de adivinar cartas, nombres y números, lo de los billetes, lo del público...?
Cuánta concentración y autocontrol, cuánta destreza!!
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