LA PROFESIONAL

 LA PROFESIONAL

¿Quién será? ¿quién será?...la profesional de las mentiras, de los despropósitos, de las llamadas de atención, de los insultos, de los gestos ofensivos, de la vergüenza ajena, de las estupideces constantes, del desprecio a sus diferentes, de arengar a las masas con definiciones falsas, de proyectar una comunidad de enemigos, de sembrar el odio, del capricho, de la insensatez, de lo absurdo, del ridículo...una profesional de todo esto que gana elecciones se permite insultar a las personas que defienden derechos con gestos maleducados, con palabras despectivas, sin argumentos, tan solo insultando y queriendo ofender, despreciando como único modo de respuesta. Su violencia no tiene límites, sus ocurrencias verbales disparan constantemente con rabia y humillaciones de todo tipo, no tiene consideración con las instituciones que representa ni con las personas elegidas en cargos públicos, solo busca su propio provecho y beneficio de sus amiguetes, ricos, que la ensalzan en medios y actos a lo hollywoodinse. Encarna lo peor de la política actual, no hay otra igual en toda Europa.

El problema es cómo siendo así, reiteradamente así, tiene una multitud de seguidores. Es un fenómeno social digno de investigar en laboratorio. Parece creado para descuadrar cualquier atisbo de racionalidad en la política española y acoger las emociones más inconfesables de cada cual. 

Sus creadores han estudiado en verdaderas academias de la ignominia y el terror porque, aunque maquillada siempre, sus actos tienen consecuencias contrarias para quienes la votan. Menos educación pública, menos sanidad pública, más contaminación y más barrios pobres. Las diferencias sociales crecen gracias a su gestión procedente de un partido corrupto, acostumbrado al saqueo público desde el franquismo donde aprendió todo lo que practica. 

Hoy está al alcance de cualquiera material audiovisual que muestra los discursos y los gestos a los que me refiero. De hecho, no deja de salir en los medios y se puede contrastar lo que digo.

Al insultar a las mujeres que deciden, por mil motivos diferentes, abortar legalmente está creando una influencia perjudicial para la sociedad que atenta contra las libertades y falta al respeto de la ciudadanía.

Al insultar a las personas que viven de alquiler, por mil motivos diferentes, provoca diferencias elitistas, clasistas, entre ciudadanas y ciudadanos iguales por ley.

Al bajar impuestos a quienes a los más ricos está socializando pérdidas y privatizando ganancias.

Al apoyar al monarca está posicionándose del lado de la corrupción y la tradición más inmovilista que sostiene el estatus quo de jefes de estado puestos a dedo por un dictador y su sucesión directa.

Al negarse a cumplir la ley está rebelándose como una egoísta que le importa poco el contenido de la propia ley que viola porque solo quiere violar y violar dejando claro que su poder está por encima de las leyes y las instituciones, es un terrorismo ejercido contra el sistema, y como tal, sin justificación alguna. Ejerce la desobediencia en modo golpista, al estilo de quien presume de impunidad y está tranquila porque la justicia la protege y así, su chulería le adorna sus actos para mayor gloria de sus secuaces y de ella misma y para mayor infierno de todos los demás por la enorme influencia que ejerce esa actitud impropia y novedosa en una democracia.

Este germen es muy peligroso para la convivencia pacífica y racional de cualquier comunidad autónoma. Al estar amparada por cargos públicos, policía de su cuerda y jueces amigos, su partido la mantiene como reclamo electoral para hacer el trabajo sucio y aparentar que son demócratas porque tan solo, una de las suyas, es antisistema, antipolítica, antidemocracia.

Solo espero que reaccionemos antes de que sea demasiado tarde...