lunes, 21 de febrero de 2022

SEIS DÍAS CORRIENTES

SEIS DÍAS CORRIENTES

Neus Ballús, 2021 


Es un homenaje a la cotidianidad, a la cultura popular de las personas currantes, a las relaciones de toda la vida, a los cambios generacionales y a las migraciones con sus idiosincrasias propias que se mezclan naturalmente. A todo esto que es la vida en una gran ciudad, vista sobre todo por los edificios, por las ventanas y balcones de casas, de los pisos, de lo que se ve por fuera pero también de lo que hay por dentro de algunas de esas moradas gracias al trabajo que realizan los protagonistas.

Son tres, uno que se jubila, otro que acaba de llegar y un tercero que está en medio, ni se jubila ni acaba de llegar. Trabajan juntos como electricistas y fontaneros por lo que se meten en las casas con toda normalidad y participan de las vidas de sus habitantes. Mientras trabajan establecen vínculos entre ellos, con humor, ironía, frustración y temor.

Rodar el paso de la vida sin que pase nada especial no debe ser fácil, aunque todo lo parece, incluso tomar una caña al final de la jornada laboral está cargada de momentos especiales por su realismo. Eso es lo especial, lo verdadero que suena todo.

El personaje que lleva todo el peso, el tercero, el del medio, está lleno de insatisfacciones con las que fácilmente empatizamos, las hacemos nuestras porque las vivimos a diario. Los demás, con sus propias circunstancias auténticas, van dándole sentido al personaje principal encargado de representar la presentación, el nudo y el desenlace. Es muy interesante la escena del terapeuta porque revela esto en un clima de humor surrealista y sensibilidades a flor de piel entre los hombres.

Como los actores no son profesionales y la trama es cotidiana parece a ratos un documental lo que hace que te atrape más la curiosidad por saber a dónde te llevará el final, que resulta muy amable y se agradece que así sea dada la alta dosis de realismo que contiene. El título se ajusta a medias al contenido, hay escenas que no son muy corrientes, aunque tal vez la sucesión de lo que no es corriente puede ser corriente...

La fotografía urbana es poética, los personajes que la habitan son elementos urbanos y poéticos también.

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