sábado, 16 de abril de 2022

EXISTIRÍAMOS EL MAR

 EXISTIRÍAMOS EL MAR

Belén Gopegui, Random House, 2021


Belén escribe perfectamente sobre la situación real de las personas actuales, especialmente en contextos urbanos, ya sean trabajadoras o paradas, en pareja o solitarias, adolescentes o niños, planteando situaciones fácilmente reconocibles, familiares incluso y, a veces, deseables que tienen finales sorprendentes.

En esta ocasión la vida de cinco compañeros de piso, de cuarenta años y distintas situaciones personales, van tejiendo un paisaje interno y social muy a ras de suelo, de verdad. Parece que fuera un documental del día a día, aquí y ahora, lleno de pinceladas psicológicas, de experiencias contadas y calladas, con la información suficiente pero no la necesaria para crear cierta intriga y mantener curiosidad por lo que sucederá en la siguiente página.

A veces es una suerte de voz en off es la que relata, separándose de la acción en un plano envolvente que todo lo rodea y lo sabe y habla en metáforas y ensueños.

Como suele hacer Belén también en esta novela hay una buena dosis de denuncia y de alternativa, esto es de crítica clásica, con historias que muestran vidas en el filo del difícil equilibrio de lo suficiente, de lo normal, de lo digno para seguir siendo persona completa. 

Todo sucede ahora, en Madrid, donde trabajar no es fácil y estar en paro lo es menos. Las relaciones entre amigos, compañeros de piso, de vida, es vital para mantenerse a flote. Los proyectos a medio y largo plazo se posponen porque lo urgente es el presente, y en esas pasa algo que  supone la mitad de la novela y justifica el final.

La pluma limpia, sin rodeos, de la autora, ayuda a entender la parte que no dice y es fundamental para continuar con la lectura. Es oportuna y pone la luz en lo que sucede a nuestro alrededor o nos sucede a cada cual que pensamos poco por la vorágine de las circunstancias implacables. La pandemia nos ha hecho distintos, todavía nos hace distintos, por lo que mantener alerta ciertas emociones básicas se hace necesario. Si además se ha construido la vida propia con otras ajenas de manera inseparable podremos acercarnos a lo que se vive en esa casa, en esa gente que puebla la última novela de Gopegui

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