DÍAS MEJORES
Blanca Portillo y compañía representando una historia de cruda humanidad, el duelo por un ser querido, la pareja que no volverá y los hijos e hijas que siguen ahí. En sesiones de terapia conjunta se va creando una atmósfera, más o menos real, más o menos ficticia, capaz de contar cinco historias que conectan.
Utiliza la técnica de ir y venir al pasado desde el presente, también al presente desde el pasado y es positivo, mantiene el interés y la expectativas, dejando siempre una posibilidad que no ocurre, siendo original aunque un poco previsible, lo justo, para estar cómoda y no sentir que es demasiado irreal o fuera del mundo de las series.
El elenco hace creíble lo inverosímil y procura interés como para vértela en unos pocos días. Son diez episodios jugosos que entretienen y plantean situaciones al menos para conversar un rato.
Como lo importante es estar bien emocionalmente lo demás se trata con ligereza como si no importara la posición económica, los prejuicios y estereotipos sociales o las tradiciones más rancias. Parece que la gente de la serie viviera en un mundo con pocos problemas más allá de los sentimentales, que no son menores, ya sean la soledad, la culpa, la tristeza o la nostalgia.
En cualquier caso merece la pena ver las interpretaciones.
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