sábado, 15 de julio de 2023

EMPIEZA EL BAILE

 EMPIEZA EL BAILE

Marina Seresesky, 2023


Road movie argentina: paisajes alucinantes garantizados. Gran fotografía paisajística, en realidad no sólo geográfica, también aparecen bien fotografiados aspectos sociales y personales de un mundo en transición constante, un mundo de migrantes que lleva consigo lenguajes, músicas, comidas y relaciones personales para toda la vida, viva donde viva, así sea a 10.000 kilómetros de distancia.

Cuando películas de este género me suelo acordar de mi profesor de griego de 3º de BUP cuando nos decía que no se conoce a alguien hasta que no se viaja con él o con ella. Estas películas son ejemplos de la verdad de la frase. Días compartiendo veinticuatro horas con otras personas supone conocimiento, mucho conocimiento, tanto de sí como del resto.

Hay humor en la tragedia, como no podía ser menos en la cultura hispanoamericana, y viceversa, la tragedia en el humor, algo más refinado que surge como mecanismo de supervivencia, no vaya a ser que en un momento dado pensemos que podemos cambiar y salir de esta...Estas combinaciones, permanentes, son la clave de la película, por lo demás previsible y entrañable, cosas que hacen querer llegar al final y comprobar la hipótesis que se hizo al comenzar a verla, bueno, pasados unos cuantos minutos, porque hay alguna sorpresita para mantener el interés y romper la monotonía de los roles una vez mostrados los personajes con sus perfiles precisos de amigos, amantes, socios, que vivieron todo tipo de vicisitudes durante los mejores años de sus vidas recorriendo el país en furgoneta siendo los magos del 2x4 al ritmo de Piazzolla.

Como el elenco es extraordinario se mantiene el partido. Como el contexto físico cambia se hace entretenida al aparecer secundarios en pequeñas aventuritas dando un punto de absurdo a ese humor inevitable en el drama.

Lo curioso del asunto es que el baile está a punto de empezar tras treinta y nueve años en los que se han sucedido acontecimientos de lo más variados como la vida y la muerte, a ratos fingidas ambas.

Buena música, buen paisaje...hay que verla en pantalla grande, aunque la intimidad de la trama, la pequeñez de la furgoneta, también invitan a verla en le sofá de la casa, cómodamente. 



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