LA LIBERTAD DE SER LIBRES
Hannah Arendt, Taurus, 2022
En 2018 salió en castellano este breve ensayo inédito de la filósofa alemana que he encontrado en la librería Buena Vida, en Ópera, Madrid y he tardado en leer un rato. También en los textos cortos Arendt sabe expresar ideas claras, experiencias históricas, reflexiones actuales y en un lenguaje accesible incluso en vacaciones...
A partir del análisis de las revoluciones norteamericana y francesa del siglo XVIII, define los términos claves del libro que nos permiten actualizarlo como son liberación, libertad, república, autoridad, necesidad, igualdad y revolución, destacando el de libertad que da título a la obra.
Lo que une a ambas revoluciones, una exitosa y la otra fracasada, es el apasionado deseo de participar en los asuntos públicos y una repugnancia no menos vehemente ante la hipocresía y la estupidez de "la buena sociedad", a lo que habría que añadir un desasosiego y un desprecio más o menos declarados por la insignificancia de las cuestiones meramente privadas (pág.25), así que estamos en el ámbito político, ese concepto tan denostado y despreciado hoy por nuestra cultura, tanto si se es político de los grandes partidos como ciudadano de a pie, porque participar de los asuntos públicos hoy supone corrupción, partidismo y anteponer lo privado. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí? hay que ir al origen para entender, a las Atenas y Roma clásicas, a la raíz y ser radical filosóficamente hablando, donde encontramos la prudencia, virtud capital en lo micro y en lo macro, en el individuo y en la sociedad. Hoy vemos cómo se practica poco entre los poderosos, cómo se huye de ella en los medios de comunicación y cómo se desprecia entre los valores sociales vigentes en todos los lugares de influencia.
En la página 32 escribe Arendt la libertad de ser libres significa ante todo ser libre no solo del temor, si no también de la necesidad, aludiendo a la pobreza, lacra contemporánea donde las haya para vivir en cualquier régimen político en cualquier lugar del mundo, y exigiendo igualdad, derogación de privilegios porque solo los que están libres de la necesidad pueden apreciar plenamente lo que es estar libres del miedo, y solo estos se hallan en condiciones de concebir la pasión por la libertad pública (pág. 35). Llama poderosamente la atención que las personas pobres que componen el grueso del pueblo, las vulnerables económicamente, temen a los gobiernos que conceden derechos y servicios sociales prefiriendo votar por los que recortan prestaciones y servicios, según las estadísticas de las elecciones locales, regionales y nacionales en buena parte de Europa.
Acudiendo a los clásicos, nos recuerda la autora que para Virgilio lo importante de la libertad era la novedad, la posibilidad de empezar algo nuevo, ser libres para comenzar, cambiar. Puede que aquí esté la clave del asunto, el ansia de cambio, de novedad que suponemos va ligado al hecho de elegir, de ejercer la libertad con el voto.
Esta edición añade un epílogo de Thomas Meyer muy esclarecedor sobre cuándo y por qué Hannah Arendt escribe el ensayo, el contexto que tanto añade a la comprensión del texto. Además destaca los aciertos de la filósofa y lo vigentes que están, especialmente en su visión crítica del siglo XX, la supremacía económica que envuelve todo de cifras y objetivos, el fracaso alemán y soviético y el optimismo a pesar de todo porque cada individuo alberga pensamientos nuevos. Así nos anima a correr el riesgo de pensar sin barandillas, o la versión kantiana del sapere aude, tener el valor de servirnos de nuestro propio intelecto como enseñanza de la original y valiosa hoy autora alemana.
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