miércoles, 11 de septiembre de 2019


SEGURIDAD VERSUS LIBERTAD

A propósito de instalar cámaras de vídeo en los colegios e institutos.

En nombre de la seguridad se crean leyes para que una parte de la ciudadanía esté protegida de otra parte de la ciudadanía. Así tenemos negocios industriales tales como las armas, las cámaras de vídeo, los arcos en los controles policiales, las placas antirrobo en los comercios, los chips de seguridad en mascotas, en definitiva las alarmas de todo tipo y para toda situación.

Otra vez hay que cuestionarse si el fin justifica los medios y, su correlato, si hay alternativa a los medios menos deseables para obtener el mayor bien posible o mejor fin.

Querer evitar el acoso escolar es un objetivo necesario y urgente. Hacerlo con cámaras de vídeo instaladas en las aulas sería como querer evitar la pederastia (otro objetivo necesario y urgente) instalando cámaras en sacristías, colegios religiosos, monasterios, conventos, seminarios, iglesias y catedrales. Sin embargo a nadie se le ocurre esta última idea. Y eso que son delitos que tienen mucho en común puesto que ocurren en ámbitos asociados a la educación, a la infancia y adolescencia con abuso de poder de una de las partes.

La experiencia nos dice que la seguridad que se persigue a través de ciertas leyes no genera seguridad sino control sobre las libertades individuales y colectivas de la gente. Siempre hay un interés detrás de cada medida adoptada en nombre de la seguridad que no es respetuoso con algún colectivo, casi siempre afecta a las personas menos afines al poder político que es el económico y jurídico. El ejemplo de excelencia es la llamada “ley mordaza” y la que persigue los llamados “delitos de odio” que en la práctica están suponiendo restricciones de libertades en todos los contextos.

También tenemos experiencia sobre la prevención. Siempre es mejor prevenir que curar.

¿Por qué no se invierte en prevención? Sabemos cómo, dónde y quiénes pueden hacerlo con éxito, solo falta, como siempre, la voluntad política con sus correspondientes medios y recursos. Si no se encara el problema del acoso desde sus causas, raíces, nunca se va a debilitar por muchas cámaras que vigilen a la población.


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