domingo, 8 de septiembre de 2019

ÉRASE UNA VEZ EN...HOLLYWOOD
Quentin Tarantino, 2019




Corren los años 60 y todo cambia. En 1969 aparece el contexto para que transcurra la acción, yendo y viniendo de atrás, con escenas que suceden y con algunas que se imaginan los propios personajes. Así más de dos horas y media de película...¿cómo es posible que no nos aburramos los espectadores, que mantengamos el interés por las distintas historias contadas interrumpiéndose unas a otras?

La música es uno de esos elementos que unifica todo, da continuidad a las diferentes tramas, posiciona a todos los personajes en su sitio...también el blanco y negro.

Es una película de cine!!

Como va del cine y tenemos mucha cultura cinéfila norteamericana, hollywoodiense, nos resulta muy verosímil todo lo que le pasa a Leonardo y a Brad, incluso lo que le pasa a Margot, de hecho seguimos las secuencias como si fueran lógicas a pesar de la locura de guión y situaciones absurdas que aparecen en la pantalla. Por cierto, como es de cine, hay que verla en sala, en pantalla grande porque Tarantino cuida al máximo cada detalle, al más pequeño le pone la cámara y lo convierte en protagonista como unas botas, un cigarrillo o un bigote y lo más grande como los paisajes resultan luminosos, ofreciendo realidades. También se ve mucho mejor a cada profesional. No sé cuál me gusta más, están soberbios, lo están más por los secundarios que son de lujo y por lo original de los personajes que representan. Técnicamente es impecable, marca de la casa.

El juego de la ficción mezclada con la realidad hace que resulte difícil distinguir el pasado, tan de cine el real, que el final de ficción podría haber sucedido tal cual, con los Manson incluidos...o no.

Aparecen ricos y pobres, insatisfechos y conformistas, locos y cuerdos que son amigos, vecinos, trabajadores, que aveces se emborrachan, se drogan, se quedan embarazadas, tienen perro, discuten y se cabrean...en fin, como la vida misma ¿de finales de los sesenta, sólo?


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