lunes, 9 de septiembre de 2019

UNA VEZ CAMINÉ SOBRE LA SUAVE HIERBA
Carolina Schutti, errata naturae, Madrid, 2019


Entre la primera y la tercera persona, entre el pasado y el presente, entre lo imaginado y deseado y lo real que acontece, así transcurre esta novela que supone una búsqueda.

Destaca el formato en que está escrita porque hay páginas con párrafos muy breves, como si fueran aforismos aislados, poéticos, prescindibles, eso sí, muy tajantes, definitivos.

La autora propone un leitmotiv muy interesante para mi, la lengua, el idioma de la infancia, el de la madre y el padre, el que nos enseña a hablar, a pensar, a sentir y a comunicarlo a los demás. Las palabras con las que construimos el mundo y a nosotras mismas en él. "La sensación de una lengua es la única raíz que me ha quedado" (pág. 114) y "He esperado encontrarme en sueños con mi lengua materna..." (pág. 124), sólo quien ha sido arrancado de su hogar desde niña, de su madre, de sí misma incipiente puede escribir esto.

La búsqueda será de sus raíces pero no podrá encontrarlas jamás sin su lengua materna, por eso no deja de buscar paisajes, objetos, personas, lugares que le proporcionen algún recuerdo o le sugieran lo que no puede recordar pero podría haberle sucedido, podrían ser una posibilidad.

Las relaciones con otros personajes son fundamentales para entender a la protagonista, igual que lo son para saber quiénes somos cada uno de nosotros. Esas relaciones dependen de un contexto oscuro, frío y doloroso que con el crecimiento se tornan alegres, divertidas, joviales y finalmente vitales.

Qué tranquilidad se debe obtener cuando se encuentra lo que se busca, todo aquello que queda, que puede quedar después del paso del tiempo en una Europa del Este del siglo XX bastante distante y desconocida .


4 comentarios:

  1. Espero que el libro sea tan bueno como esta crítica.
    Y sí, las palabras de la infancia son importantes para anclarte a tu propio pasado.. te retrotraen a las primeras sensaciones, a los primeros olores
    Al alda siempre de mi abuela donde dormir tranquila mientras se que me quieren
    Lo leeré sin duda

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  2. No lo he leído pero me lo apunto entre tantos otros a la espera, para cuando toque. La infancia, la lengua, el desarraigo y Europa del Este... Me hace recordar el que estoy terminando: Claus y Lucas/Agota Kristof. Una novela dura, sin tapujos, con personajes que se construyen en la crueldad y el dolor, que emplean un lenguaje directo y desadjetivado adrede (no diré por qué), perversos como lo son los totalitarismos y guerras. Os lo recomiendo, a la par que me apunto éste del que no puedo comentar nada hasta que toque.

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    1. Yo también tengo lista...y no la suelo respetar, me asaltan libros que no busco y los leo antes, qué le voy a hacer!
      Anoto tu propuesta Kinm, gracias.

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