MADE IN AMENÁBAR

En el mes de Julio escribí una entrada en este blog a propósito de la película que acabo de ver. Como ya imaginaba es impecable técnicamente. Las ciudades se ven preciosas, los decorados y vestuarios realistas, incluso Karra, tras varias horas de maquillaje, parece Unamuno.

Cuando desde el cine se recrea un episodio histórico siempre debe ser incompleto, por necesidad, el tiempo no se debe reproducir y de los personajes se nos muestra una parte, coja. Por esto de Unamuno no ha aparecido mucho el filósofo ni el profesor, aunque sí lo ha hecho el amigo, el padre y el abuelo. Se ha centrado en la política de militares, con el apoyo incondicional de la iglesia y las paradojas unamunianas.

El historiador Julián Casanova es el asesor histórico. El propio Amenábar el autor de la música además de coguionista. Lo que indica que todo lo parcial que hay en la película es intencionado pero no aislado de lo que no aparece. Es como si el director tuviera ocho horas de metraje y haya tenido que resumir, destacar, resaltar momentos.

El elenco, entero, lo hace genial.

El título es de lo más significativo de lo que pasó en España, es un buen ejemplo de cómo hay cosas que se aceptan para salir del paso pero en cuanto se puede se eliminan sin dejar rastro. En este caso, aunque se borrara del documento oficial la frase (título) puede representar los años de dictadura como una auténtica guerra fascista, de hecho, lo fue para miles de españoles aquí y exiliados. Mientras dure la guerra o mientras dure el fascismo, son sinónimos históricos.