miércoles, 7 de julio de 2021

BURDA JUSTICIA!!

 "TAN BURDO"

Tribunal Superior de Justicia de Madrid


Según la Real Academia de la Lengua Española burdo es tosco, basto, grosero.

Cuando la Fiscalía General de Estado denuncia ante el Tribunal Supremo está pensando en sentencias propias de la administración a la que se dirige, supongo, no estará pensando en sentencias tipo opinión de bar, de la calle o corrillo de pasillos de cualquier local. 

Resulta tan llamativo, por grave, que no se está tratando con el rigor debido. Los medios de comunicación españoles han de estar en shock, los partidos políticos también, la ciudadanía por supuesto y el exterior, el exterior está acostumbrado a lo original y esperpéntico que resulta la Justicia española, a la que se enmienda constantemente desde Tribunales Europeos.

Sería bochornoso si no fuera porque la gravedad de este juicio empaña cualquier sentencia de este tribunal. La Fiscalía no es de fiar, presenta casos al Tribunal que son burdos. Los jueces no son de fiar, crean sentencias con el calificativo judicial burdo. La Monasterio defrauda sin castigo porque falsifica de manera burda. TODO ES BURDO empezando por el propio Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

¿Alguien imagina que un estudiante aprobara porque el modo, chuleta, de copiar en un examen es burdo, o que un ladrón fuera inocente porque su estrategia de robo fuera burda? no digamos de un asesino que mata a sus víctimas burdamente, un conductor borracho que conduce burdamente, un médico cuya negligencia sea burda, un falsificador, un corrupto, un violador...es tan burdo el experimento mental que parece imposible desde la razón y la lógica usar este atributo como vocabulario judicial. Resulta burdo, es burda la sentencia, luego habrá que recurrirla exigiendo que la próxima vez al redactarla se atengan al vocabulario propio de la administración de justicia que representan. Esta advertencia también resulta burda...qué burdo es todo, es que cuando decimos que algo es burdo es un no parar.

Como profesora de Filosofía, por lo tanto de Ética, no me cabe en la cabeza justificar una teoría, propuesta, alternativa o simplemente idea de cualquier filosofía, conocida o por conocer en Occidente, con el calificativo de burda. Mi alumnado me tomaría como una burda profesora por tratarles burdamente quitándoles el respeto que merecen y por tratar igualmente sin respeto la materia. No, burdo, no es calificativo objetivo, connota una serie de prejuicios, valoraciones y subjetividades que le resta credibilidad más allá de la mera opinión. 

Espero que haya alguien, fiscales y jueces a ser posible, que pongan orden en la sala porque si no abrimos el melón de considerar válido el atributo burdo en las sentencias y convertir a la Justicia en una mera opinión de bar, de calle o corrillo de pasillo de cualquier local. Aceptar que la Justicia española puede estar en manos de meros opinadores sería como aceptar que no vivimos en democracia, algo demasiado grave a estas alturas de historia española.






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