DISOBEDIENCE

 DISOBEDIENCE

Sebastián Lelio, 2017

Seguimos en el mes del Orgullo...

Es muy difícil reflejar los dilemas y contradicciones internos, especialmente si vienen del pasado y no acaban de superarse, asimilarse o entenderse bien. Cuando la vida va transcurriendo según las costumbres del contexto social en el que se vive, sin más decisiones que las que tocan en cada momento según las propias costumbres, en este caso, religiosas, puede suceder algo inesperado que haga saltar por los aires todo el orden y el control que se ha seguido a través del tiempo.

El judaísmo, la familia, la orientación sexual y la capacidad personal de ser libre siendo mujer.

Las actrices son espectaculares, aguantando planos de todo tipo y creando sensaciones tensas, extremas tanto como sensibles y cotidianas. Representan estilos de vida, adaptaciones al medio social, estereotipos, deseos y creencias muy distintas pero tremendamente afines. El contexto marca los límites de la vida y la muerte, de las expectativas y de los deberes, de los roles de cada sexo y género.

Ser lesbiana todavía supone recelo y discriminación en buena parte de la sociedad, especialmente en aquella relacionada con la religión porque la mujer siempre ha ocupado, de manera divina, planos muy secundarios relacionados con la sumisión al hombre y la reproducción sexual. En este película se aborda el tema con respeto, aunque el final podría haber sido otro, plantea dilemas morales importantes, vitales, mostrando puntos de vista opuestos que acaban por ser compatibles, al menos eso parece que les pasa a los tres protagonistas.

Conviene ver cine protagonizado por lesbianas para que no se nos olvide su existencia, su cercanía que es nuestra existencia, nuestra cercanía, porque si el cine, manifestación cultural donde las haya, no trata el lesbianismo parece que no existe y estaríamos donde siempre, en la invisibilización de parte de la realidad que nos define y nos conforma como personas del siglo XXI.