PUNTOS VIOLETAS
Quiero pensar que serán muchos los establecimientos de pueblos y ciudades españolas los que pongan en sus escaparates, reales y virtuales, estos puntos de manera bien visible y reconocible para cualquiera.
En mi barrio somos cerca de 6000 personas, tenemos colegio, bancos, bares, restaurantes, farmacia, fruterías, carnicerías, pescadería, mercería, peluquerías, iglesia, sindicatos, biblioteca, sede de Cruz Roja, oficina de Repsol, fontanería, sede de Secretariado Gitano, estanco, sede de Asociación de Síndrome de Down, tienda de chuches, sede de la Asociación de Vecin@s del Barrio, centro de Salud, Residencia privada de Mayores, Hospital privado y tiendas de ultramarinos. Estaría bien que lucieran estos llamativos puntos violetas para demostrar el rechazo a la violencia de género y a la vez la responsabilidad ciudadana de apoyo a las víctimas.
No hay semana que un hombre no asesine a su pareja o expareja mujer.
Como la cultura la hacemos las personas y el Gobierno lo sabe, esta medida facilita el cambio cultural hacia la Igualdad entre hombres y mujeres, hacia la Convivencia segura, hacia el Respeto de unos y otras. El Ministerio de Igualdad, entre otras medidas, lanzó esta semana la iniciativa para que cualquiera pueda hacer algo al respecto con total aval de la administración.
No hay plantilla de policías suficiente, ni drones que vigilen cada rincón de la ciudad, no hay formación médica, jurídica, social, religiosa, mediática, educativa, laboral, deportiva, publicitaria, artística, empresarial, suficiente, y en caso de que la hubiera, si cada persona no cambia su conciencia y su comportamiento, serviría de poco o nada, que es lo que está pasando que no cambia el machismo.
La medida nos interpela como ciudadanos, ciudadanas. No es propio de una sociedad madura democráticamente mirar para otro lado. Nos concierne a cada persona, vivir sin violencia es vivir mejor.
Esto no significa que todas las Administraciones (locales, regionales, nacionales e internacionales) estén exentas de intervenir o de responsabilizarse de esta lacra inhumana, más bien, debemos remar tod@s en la misma dirección, también desde abajo, desde la ciudadanía.
Hace muchos años que la sociedad clama y reclama, especialmente organizaciones feministas, medidas contundentes y conductoras a la eliminación de la violencia de género. Manifestaciones, manifiestos, firmas o concentraciones, se repiten en todos los territorios nacionales como repulsa, como condena y como solidaridad hacia las familias y amistades de las víctimas. Sin embargo la implicación personal puede tener lugar con esta manera de tomar parte en el problema al lado de la solución.
Los materiales, ver enlace arriba, vienen acompañados de guías para actuar de la mejor manera posible, seamos o no expert@s en la materia.
Merece la pena que lo intentemos. Las vidas de muchas mujeres y sus hij@s están en juego.
A ver cuántos puntos violeta se ven en tu barrio...
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