sábado, 10 de julio de 2021

ÉTICA PARA CELIA

 ÉTICA PARA CELIA

Ana de Miguel, Penguin Random House, 2021


La doble verdad es una expresión del averroísmo latino, siglo XIII-XIV, que separaba las verdades de fe de las verdades de razón, algo insoportable para las creencias de la verdad absoluta, única, la de la fe, por lo que sus defensores fueron perseguidos, torturados y expulsados de la universidad.  

El caso es que la doble verdad se ajustaba mejor a la realidad (al admitir dos campos separados en contenidos y criterios como verdaderos) que la única verdad, tal como Ana de Miguel demuestra en este ensayo a propósito de verdades para chicos y verdades para chicas, y también en este caso, siglo XXI, se impone la teoría de la única verdad absoluta que hace al varón un ser con privilegios respecto a la mujer que resulta ser un ser inferior respecto a él.

La autora argumenta, acudiendo a la mitología, la historia y la actualidad, demostrando cómo se ha ido imponiendo esa doble verdad como si fuera una única verdadera y absoluta. Lo hace citando a los clásicos, sobre todo a Aristóteles en quien se inspira desde el mismo título, recordando mitos y creencias comunes de todo Occidente, dejando ver la construcción redonda de una ontología que todavía hoy nos acompaña, aunque haya empezado a cambiar desde hace unos doscientos años, justo cuando el movimiento feminista empezó a cobrar fuerza.

El plato fuerte es la ética, claro, esa parte de la filosofía que se encarga de estudiar cómo vivir bien, cómo llevar una buena vida, o sea, lo que siempre ha interesado al ser humano desde siempre. La mayoría del libro plantea aspectos éticos por lo que es eminentemente práctico, al hacerlo recurre a hechos conocidos, vivencias personales y planteamientos futuros, todos los casos son cercanos, plausibles incluso los has podido vivir tú. Como se dirige a su hija adolescente, tal como hiciera Aristóteles con su hijo Nicócamo, el lenguaje es muy coloquial y cercano, con anécdotas familiares que resultan bastante universales.

Sobre la universalidad va la cosa. El hecho de que la mujer sea ser humano y los asuntos de las mujeres sean de los seres humanos. Así que el aspecto social lo inunda todo (lo personal es político) y el final de la obra acaba, como no podía ser menos, con un capítulo dedicado a la política.

Como es profesora de filosofía no puede evitar hacer referencias a numerosas lecturas, tanto clásicas como actuales, de la propia filosofía o de otras disciplinas tan variadas como el periodismo, la economía, la novela o la antropología, de todos los continentes y corrientes ideológicas. Es de agradecer su erudición. Pero lo más relacionado con su profesión es que no puede dejar de hacer filosofía, cada tema que aborda lo hace desde el origen, lo desarrolla contextualizando términos y significados y pregunta, hace muchas preguntas a la filosofía Occidental desde su origen hasta hoy.

Preguntar es el ejercicio humano, demasiado humano, más filosófico que hay. Responder es otro ejercicio que puede suponer mitos, eufemismos, falacias, poder, privilegios y mixtificaciones por lo que es muy importante reflexionar sobre quién responde para entender lo que dice, por qué lo dice y las consecuencias de lo que dice.

El feminismo es el hilo conductor, junto con la práctica de filosofar, que recorre el texto indicando que este movimiento contracultural tiene un largo recorrido y que no ha terminado aún de caminar. En realidad no ha terminado de subir cuestas y bajarlas, de ocultarse en valles y de brillar en el firmamento, recorre todo un camino cargado de sorpresas, la mayoría absurdas, tales como las religiones, las modas, las tecnologías y las redes sociales.

Puede parecer irreverente el uso de ciertas partes de filosofías consolidadas como válidas, pero su planteamiento no deja ninguna duda, luego no puede haber ofensa ni pensar que es presuntuosa en el tratamiento que hace. Los ejemplos que usa para aclarar sus argumentos son rotundos y frescos, así que es muy difícil que sea refutada, lo que transmite seguridad y claridad lógicas, racionales, verdaderas. Creo que hacía falta un ensayo así en castellano, para comentarlo, releerlo, criticarlo y, en cualquier caso, compartirlo con personas de cualquier edad y condición. 
Un gustazo leerla.

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