lunes, 5 de julio de 2021

HOMOFOBIA EN ESPAÑA.

 A CORUÑA, SPAIN


Es tan evidente que la homofobia es intolerable que el presidente de Polonia provocó homofilia en toda Europa a propósito de su influencia en el fútbol europeo. Sin embargo, en España, la homofilia no acaba de llegar, ni siquiera la intolerancia a quienes con sus expresiones públicas odian, desprecian y discriminan a las personas homosexuales.

¿Qué está pasando en España?, ¿por qué esta regresión al pasado intolerante? Cuanto más se avanza en derechos con argumentos racionales más cuesta entender que también se avance en prácticas inmorales, odiosas y contrarias a dichos derechos. Nada puede justificar la violencia, especialmente en una país donde las ideas se defiende con palabras, con coherencia, con hechos. Si dejamos que los exabruptos campen a sus anchas, si las opiniones ocupan el lugar de los argumentos, si el pasado violento se adueña del espacio público de los derechos, estaremos alimentando a una bestia enamorada de la muerte capaz de odiar la inteligencia, de premiar la fuerza ante la razón, de enorgullecerse por despreciar, por asustar, por intimidar, por insultar, en definitiva por vencer con sangre.

Las instituciones han de atender muchos virus, pandemias que hasta ahora pasaban desapercibidas, contagios minimizados, actitudes virales que provocan violencias de todo tipo, lingüísticas, físicas y emocionales, son virus mentales, virus cargados de valores intransigentes, fascistas, que llegan a asesinar sin ir más lejos en A Coruña al grito de "maricón".

La atención institucional pasa por el buen uso de la Justicia, de todo la Justicia desde la más cercana a los altos tribunales, por el buen uso de la Educación, de toda la Educación desde la más básica y elemental como colegios hasta la informal que se prodiga en los medios de comunicación de masas, internet, publicidad o el mismo Parlamento.

Los discursos de odio siempre consiguen adeptos, si se amplifican pueden conseguir muchos y si no se atajan la expansión se puede descontrolar peligrosamente. Ahora la homofobia ya está en este último punto, como el machismo, como la transfobia, la aporofobia o el desprecio a la inteligencia (a juzgar por el nivel de mentiras e insultos frecuentes que se escuchan por los micrófonos de los medios, canales de televisión, internet y del mismo Parlamento).

Y la ciudadanía, cada una de nosotras, todas las personas, tenemos la responsabilidad de impedir cualquier atisbo de intolerancia, de desprecio o discriminación hacia cualquier persona por su orientación sexual. Por favor!!!

A estas alturas hablar de igualdad en cuanto a derechos y oportunidades suena a derrota porque después de tantas conquistas, al menos en teoría, la tozuda realidad se imponen en forma de crimen y asesinato.

BASTA DE HOMOFOBIA, SOLIDARIDAD CON LA FAMILIA Y AMISTADES DE SAMUEL!!

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