NOVEDADES EN EL RECUENTO DE ASESINATOS POR VIOLENCIA DE GÉNERO
Dentro de dos días se inaugura una nueva fórmula de contar los crímenes cometidos contra las mujeres, ya sea relativos a la pareja o expareja, como hasta ahora, o en otros ámbitos como el laboral, familiar, sexual o social.
Sin embargo, para quienes desprecian la nueva medida de dar cuenta a la sociedad de la gravedad de machismo en nuestro país, esta solo supone que para la ministra lo único importante es convertir a las víctimas en números, algo así acabo de leer sobre esta importante novedad en materia de Igualdad.
Y es que aquí vale todo con tal de negar las evidencias. Decir que la ministra solo aprecia números en lugar de víctimas es una afirmación que se cae por su propio peso a menos que se pretenda despreciar por despreciar y cualquier tontería sirva, si eres tonto, claro.
Los datos son un referente objetivo para tomar medidas eficaces, sin datos es muy difícil acertar con las soluciones, es más, sin ellos no se sabe qué pasa ni cuánto pasa, ni siquiera dónde pasa, cuándo pasa, a quien le pasa y quién hace que pase.
La estadística es el suelo de las ciencias sociales que dominan las relaciones humanas, incluida la economía, ¡madre del cordero!, cuya versión neoliberal hoy domina el mundo. También es la base de las ciencias naturales entre cuyos elementos aparece el azar. Tan solo las ciencias exactas, vacías de contenido material, pueden existir al margen de la probabilidad que proporciona la estadística.
El negacionismo seguirá a pesar de los datos porque quien quiere ver ve y quien no quiere ver, así su padre mate a su madre, no verá nada. Aunque, hay que reconocer que los datos ayudan ya que dificultan las mentiras, obligan a argumentar, a demostrar lo contrario si no se aceptan, esto es, obligan a tenerlos en cuenta, y esto es más que suficiente para empezar a combatir el escepticismo de quienes se posicionan de lado ante los asesinatos a mujeres. Saber ha de ser útil, el saber siempre es teórico-práctico, en este caso ha de suponer denuncias, protecciones, prevenciones, recursos y medios suficientes y políticas de igualdad real.
Si ya resultan escandalosos los números de mujeres asesinadas por violencia de género contando solo los producidos por sus parejas o exparejas, cuando pasen unos meses del cercano 2022 podremos tomar conciencia de la verdadera dimensión del horror machista a nuestro alrededor. Eso, dando por supuesto, que no se sabrán todos los casos, como hasta ahora, ya que las cifras oficiales siempre son menores que las reales.
Ojalá esta novedad sea útil para conseguir una sociedad más segura por ser respetuosa e igualitaria, ojalá los números sirvan, como suelen hacerlo, para crear conciencia de una realidad que debemos cambiar cuanto antes en la dirección de la convivencia pacífica entre iguales. El feminismo bien entendido, es decir, el feminismo, tiene que ganar terreno social y esta propuesta ministerial puede contribuir a ello.
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