25 AÑOS, CUENCA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
25 años para mantener una geografía física y humana digna de ser y estar en el grupo de ciudades Patrimonio del mundo.
Sin embargo para que precisamente todo el mundo, incluidas las personas que habitamos Cuenca, seamos y estemos en una ciudad de este maravilloso calificativo no disponemos de acceso al mismo. La pequeña y preciosa ciudad carece de infraestructuras adecuadas, buena parte de las gestiones políticas en urbanismo han sido contrarias al acceso y conservación de los espacios públicos.
Un ejemplo es el tren convencional, el que puede pagar todo el mundo, el que vertebra gran parte del territorio nacional, ya no existe y lo poco que queda está a punto de ser eliminado definitivamente por las Administraciones locales, regionales y nacionales.
Ahora que somos más europeas que nunca, nuca ciudad no está en el mapa de la accesibilidad, ni ecológica ni antiecológica. Una persona que no tenga coche (contaminante) o dinero para pagar dos billetes, uno de AVE y otro de taxi (el autobús tiene su propio ritmo conquense y no siempre está al servicio del horario requerido), no puede participar de este patrimonio único, natural y cultural.
No hay manera de convencer, a quienes tienen el poder, de que nieguen el negacionismo y afirmen las evidencias y recomendaciones europeas.
La población, factor clave en la consideración de esta denominación (Patrimonio de la Humanidad), se empieza a cansar de tanto desprecio y ninguneo. Organizar la convivencia social del mejor modo posible para satisfacer las necesidades básicas, es decir, los accesos a los servicios públicos es el objetivo básico, mínimo y prioritario de las Administraciones Púbicas, en todas sus niveles locales, regionales y nacionales y el Patrimonio de la Humanidad es lo más público que existe. Esta organización en Cuenca no se está haciendo y, lo que es peor, no tiene visos de hacerse a corto plazo.
Las decisiones sobre la accesibilidad a los servicios de la capital no están garantizados, los horarios y frecuencias del transporte que comunica las distintas poblaciones con la capital es insuficiente o inexistente, por lo tanto ineficaz e ineficiente.
El tren regional es necesario porque acerca a la población entre sí, acerca los lugares y las culturas, lo hace contaminando lo menos posible y al precio más barato posible ¿por qué se cierra y no se fomenta?
No hay comentarios:
Publicar un comentario