EL PRADO EN CUENCA
Estupenda iniciativa. Gracias al Museo Nacional del Prado y al resto de instituciones que han hecho posible tener un trocito de la pinacoteca en nuestro Parque San Julián durante unas semanas.
Resulta muy agradable sentir la primavera en el parque con fragmentos de reproducciones de las mejores obras que alberga El Prado. El material es a prueba de lluvia, viento y temperaturas con lo que facilita su visita cualquier día de este abril, lluvioso y tormentoso, pero también republicano. Lo digo porque una de las características más importante de la II República española proclama en abril de 1931 fue la EDUCACIÓN PÚBLICA, concretamente su programa de Las Misiones Pedagógicas, encargado de llevar la educación y cultura a todo el territorio nacional, especialmente a las zonas rurales y más analfabetas, que eran la mayoría. Con la pandemia resulta difícil asistir a las numerosas exposiciones que programa el Museo en Madrid, así estamos un poco como si fuéramos esa zona rural que no tiene cultura y que, en abril, el Ministerio nos ofrece esta estupenda oportunidad artística. Como en los años 30, hoy, debemos aprovechar la posibilidad de conocer, reconocer y valorar el arte para ser personas más cultas, más sabias y más libres. Para esto sirve el arte hoy como ayer.
Sin embargo, echo de menos una de las iniciativas propuesta y aprobada, de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Cuenca referente a la Concejalía de Educación, Cultura y Deporte. Se trata de disponer de una comisión pedagógica que establezca puentes, relaciones educativas, entre las actividades, iniciativas, propuestas y cualquier actuación municipal en estas materias y los centros educativos de la ciudad, colegios, institutos y universidad. Algo así como un comité de personas que conociera el ámbito educativo y el político, de manera que exposiciones como esta pudieran ser aprovechadas pedagógicamente por el alumnado en sus diversas materias.
Suele pasar con las obras del Teatro Auditorio, que si se existiera este tipo de comisión podría haber una programación afín a los contenidos de los currículos educativos. No quiero decir que hubiera necesariamente un cupo de obras con este fin, pero sí al menos, el objetivo de fomentar la educación, la cultura y el deporte desde las instituciones atendiendo a las demandas pedagógicas. De esta manera no tendría que ser azaroso el hecho de llevar al alumnado al teatro o trabajar el teatro en clase, la música o la danza.
Estaría muy bien disfrutar de una clase de Artes Plásticas al aire libre sobre Goya, siendo alumnado de la ESO o Bachillerato, de Primaria o FP, de Bellas Artes o Magisterio. La pandemia condiciona nuestras vidas en todos los ámbitos, pero en grupos reducidos, una clase así puede ser muy valiosa.
Puede que la disposición de tecnologías nos permita visitar virtualmente el Museo de El Prado, con un nivel de profundidad y detalle como si estuviéramos en él, pero poder ver partes de obras clásicas dando un paseo por el parque es un lujo que deberíamos aprovechar cualquiera. He disfrutado de la genialidad de El Bosco con el detalle de su Jardín de las delicias y no lo hubiera hecho de no existir esta exposición, a pesar de disponer de tecnología para ello. La oportunidad que ofrece una exposición al aire libre de llamar la atención, de atraer la curiosidad, de invitar gratis a mirar, de momento no hay tecnología que la suplante. Puedes verla el tiempo que quieras, las veces que quieras.
Precisamente las tecnologías facilitan los contactos de los miembros de las comisiones pedagógicas. Una vez al trimestre, una reunión on line, puede dar como frutos maravillosas oportunidades educativas.
Probablemente haya personas que vean a Velázquez por primera vez, aunque sea una reproducción parcial. Esto es mucho. Dar a conocer el arte tiene un valor inmaterial incalculable, todo provecho. Mirad a Sorolla:
¡¡Hasta el 26 de Abril!!
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