NEOLÍTICO Y GÉNERO
En esta semana que acaba varias publicaciones han destacado investigaciones sobre el Neolítico y cómo se pudo fraguar en ese período algunos factores patriarcales. Estudiando isótopos de estroncios, enterramientos de mujeres y hombres, dientes, ajuares, localidades, entre otros elementos prehistóricos, se afirman cosas como "que la desigualdad es un proceso cultural, que no existe un determinismo biológico" Marta Cintas-Peña o que "la divisisón del trabajo por género es más un producto de normas sociales que de biología y psicología" Steve Kuhn, arqueólogos, a propósito de sus investigaciones sobre la patrilocalidad. El antropólogo Marvin Harris afirmaba que en la mayoría de las sociedades los patrones residenciales y de afiliación están centrado en el hombre. Cuando hay riquezas, herencias, las mujeres se convierten en posesiones preciadas como reproductoras. Se han encontrado restos de mujeres que se iban a vivir con los hombres lejos de sus lugar de procedencia.
El caso es que estas noticias o pasan desapercibidas por los medios de difusión masiva o son tachadas de ideología feminista por la mayoría de comentarios en las redes sociales. Curioso, nada original.
En pleno siglo XXI sabemos mucho sobre el origen de las sociedades humanas, de los aspectos biológicos y de los culturales, de las evoluciones geográficas y avances, de la necesidad de abordar cualquier estudio de manera multidisciplinar para poder extraer información fiable. Sabemos que las expansiones territoriales suponían mezclas de individuos. De manera que quedarse con una única visión de los hechos, es impropio de la ciencia, de la actualidad, es erróneo y produce errores.
Desmixtificar la ciencia supone romper con miradas acostumbradas a analizar con criterios fijos que impiden ver más allá de lo establecido por la costumbre y la repetición. Introducir la perspectiva de género supone, en la medida que lo permitan los datos, introducir patrones nuevos en las miradas que analizan, supone otras categorías, otros significados. Todas las ciencias empíricas, tanto naturales como sociales, se practican desde un contexto cultural por los científicos y las científicas que las llevan a cabo, así que intervienen aspectos personales siempre.
El fraude del Hombre de Piltdown tardó cuarenta años en salir a la luz, entre otras cosas, porque a nadie se le ocurrió pensar que podría ser un fraude dado que fue presentado a bombo y platillo en la Sociedad Geológica de Londres (Museo Británico). Bastó una mirada atenta para descubrir el fraude.
Este año han aparecido ejemplos de restos prehistóricos de mujeres guerreras y cazadoras de grandes animales en diferentes lugares del planeta. Incluso en Gran Dolina, Atapuerca, ahora se sabe que "el chico" era una chica, por el estudio de la dentina y el esmalte de los huesos encontrados allí, lo que abre la posibilidad de pensar en que la conquista por el territorio era cosa de todos los miembros a partir de determinada edad, que a la guerra iban quienes podían ser útiles.
En los siguientes enlaces, y otros, encontrarás las noticias a las que me refiero más arriba.
La desigualdad de género podría tener más de 7.000 años de antigüedad (nationalgeographic.com.es)
https://elpais.com/ciencia/2021-04-13/una-investigacion-bucea-hasta-el...
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