martes, 27 de abril de 2021

ESPECTA-CULOS!!

 ESPECTÁ-CULOS

A propósito de los programas televisivos y las redes sociales como poderosos agentes socializadores del presente, hay que recordar la responsabilidad que tienen en cuanto a sus efectos en la acción individual y colectiva real, del día a día.

Los medios de comunicación siempre toman parte en los comicios electorales, antes, durante y después. Las posiciones obedecen a intereses empresariales que suelen ser partidistas. Las mentiras o bulos, las falacias y sofismas que emiten, repiten y vuelven a emitir sin límite, causan comportamientos y conversaciones, a veces, contrarias a la sana convivencia y la paz social.

Se llama la sociedad del espectáculo a la sociedad occidental actual. No es un antojo ni un capricho.

En el capítulo 10 de 21 lecciones para el siglo XXI Harari dice que "de forma intuitiva entendemos que el terrorismo es teatro, lo juzgamos más por su impacto emocional que por el material" pág. 185 por lo que es fundamental separar de las emociones el significado real  para apreciar la auténtica dimensión del terror. En la pág. 189 afirma que "es nuestro propio terror interior lo que hace que los medios se obsesionen con el terrorismo y los gobiernos reaccionen de manera desproporcionada", así que todo depende de nosotros, de nuestra imaginación que causa las emociones, incluidas las terroríficas.

Anoche Arsuaga decía en la tele algo así como que se puede hace un programa de tertulia sin debatir violentamente, groseramente, sin gritar ni insultar, escuchando, interviniendo con respeto y desde la tranquilidad y la normalidad de la conversación. Lo dijo junto a Adela Cortina, catedrática de Ética de la Universidad de Valencia, quien suele acudir a los medios cuando se la llama y se expresa de buenas maneras y razonando lo que dice. La periodista, que nunca hace programas como el de anoche, tuvo que transformarse en otra persona para jugar bien el rol de moderar lo que no necesitaba moderación, así que resumía de vez en cuando lo que los demás decían, como si los oyentes fuéramos tontos o recordaba quiénes eran los participantes, como si fuéramos sordos, y repetía lo bien que lo estaban haciendo todos como si fueran niños pequeños que hablaran por primera vez sin saber o sin seguridad.

Resulta tan insultante el tratamiento mediático en programas de máxima audiencia de los espectadores que no hay cultura del espectáculo que lo soporte. El nivel es tan alto que una candidata se permite el lujo de echar de la radio a otro candidato sin que el medio de comunicación donde transcurre la acción haga nada hasta pasado un tiempo. El espectáculo supera al espectáculo. Los actores tienen manga ancha para improvisar porque la improvisación da votos, sube las emociones, los miedos y terrores interiores, nubla la razón y provoca acciones imprevisibles, que como son irracionales, suelen ser violentas, insultantes o directamente intolerables.

La vergüenza se queda corta para describir el estado de repugnancia que rezuman los medios españoles. Es realmente intolerable, cuando tratan asuntos tan importantes para la vida diaria como la política, que se regodeen en enfrentamientos personales, violentos y amenazantes, olvidando intencionadamente los argumentos, las pruebas, la lógica, el respeto, las normas, los contextos y el sentido común.

El llamado periodismo triunfante en nuestro país es todo lo contrario de periodismo. La falta de ética hace que sea cualquier cosa menos información, menos debates, menos modelos de consenso y paz.

En favor de la salud mental de tod@s, debemos tomar precauciones contra el exceso de basura y veneno que se permite en los medios de masas. Y lo más importante, debemos contrastar todo lo que escupen por sus bocas porque no merecen la oportunidad del beneficio de la duda a estas alturas. 

El auge de los fascismos tienen mucho que ver con permitir un "periodismo" de este nivel. Dar cobertura a los discursos mentirosos, del odio, de la provocación, de la ausencia de argumentos, de la ausencia de lógica, a personas cuya trayectoria política es más que dudosa moralmente provoca efectos peligrosos a corto y a largo plazo. La historia nos lo enseña.

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