LA SAL DE LA TIERRA
Win Wenders, 2014
Este documental hay que verlo en pantalla grande, aunque en el salón de casa cómodamente también se disfruta de la inquietante y bella fotografía de Sabastiao Salgado y su voz.
La dirección corre por cuenta de Wim Wenders, ni más ni menos...
La vida del fotógrafo brasileño, narrada por él mismo y algunos de sus más próximos familiares, es muy interesante como reflexión del último tercio del siglo XX y buena parte de lo que llevamos de este XXI, especialmente de la influencia del ser humano en el planeta, de las acciones humanas que son fundamentalmente guerreras entre sí y destructivas para con el medio ambiente.
Hay escenas maravillosas. Otra inhumanas. Unas pocas risueñas y muchas majestuosas. Se aprecian detalles en los rostros humanos y animales, texturas en los paisajes montañosos, desérticos o selváticos. Contienen denuncias y bellezas, muestran el mundo entero, rincones poco occidentalizados y otros demasiado, lejanos pero también cotidianos.
El guion explica bien las imágenes contextualizándolas para no confundir, para saber más y entender lo que se ve, para ver con la imagen más allá de una foto. Las palabras engrandecen la percepción visual, se demuestra la falsedad de que la imagen vale más que mil palabras, precisamente ante las fotos más valoradas mundialmente hablando de los últimos tiempos.
Me ha gustado mucho comprobar cómo un trabajo se funde con la vida de quien lo realiza, de manera que no se diferencia si el autor está trabajando o viviendo, sus proyectos lo son de familia también, de opción vital. Sus compromisos ideológicos, sus experiencias básicas, sus relaciones personales, su infancia, su familia, todo contribuye a que las fotos tengan esa sensibilidad única, bella y cruel, comprometida y solidaria, fácilmente comunicable.
Es todo un espectáculo poder ver este imprescindible documental. La selva, la guerra, la política, la naturaleza pueden verse de otro modo a partir de este extraordinario trabajo.
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