SANIDAD, SANIDAD (DULCE SANIDAD...)
Decía Umberto Eco que "la fuerza del olvido es enemiga de la verdad" y digo yo que sin la verdad no se aprende.
Los recortes en sanidad matan y siguen matando. En tiempos de pandemia mata el virus y los recortes que no se han subsanado ni de lejos. Falta personal, personal cualificado y medios materiales tipo centralitas telefónicas.
En Castilla La Mancha, comunidad autónoma donde hay mucha población rural, cuando un médico tiene días libres no se cubre su servicio, haya o no haya coronavirus. El sesgo rural existe y ahora se nota mucho porque es cuestión de vida o muerte.
En Mota del Cuervo, Cuenca, los enfermos por COVID-19, positivos según las PCRs, no reciben seguimiento alguno por ningún sanitario si su médico de cabecera está con un día libre, si ese día es viernes hasta el lunes no recibe la llamada de nadie. Teniendo en cuenta que mucha de la gente que vive en los pueblos como Mota es mayor, vulnerable, estar tres días sin médico teniendo el virus con ochenta años supone mucha preocupación y estrés para la persona enferma y su familia.
¿Por qué parece que se ha olvidado los efectos de la primera ola de la pandemia en apenas unos meses? Estamos sorteando la tercera y seguimos sin refuerzos suficientes ni siquiera cuando muchos tests de antígenos han resultado ineficaces y el número de personas enfermas crece y crece.
Los sanitarios que han trabajado en estas zonas rurales desde el principio necesitan refuerzos, no pueden más, no llegan, no están al 100% porque es imposible gracias al estrés y la angustia acumulados. No hay rastreadores suficientes, no hacen pruebas suficientes, no hay administrativos al teléfono suficientes. El personal que hay necesita un relevo y sobre todo necesita más personal.
Dejar que la suerte decida sobre la salud de las personas en estos tiempos es cruel, muy cruel. A las puertas de la vacunación resulta ilógico que falte personal especialmente si hay más contagios, es como si se quisiera recortar antes de empezar!!!
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